viernes. 26.04.2024

Ilusos los que pensaban que el Cartagena no patinaría

Los que creían, ilusos, que el sueño dorado de ese caminar invicto por la liga iba a ser poco menos que prolongado por meses y meses se han equivocado. Totalmente. El liderazgo del Cartagena sigue, lo proclama la clasificación y puede continuar por el colchón adquirido en una salida de...
Los que creían, ilusos, que el sueño dorado de ese caminar invicto por la liga iba a ser poco menos que prolongado por meses y meses se han equivocado. Totalmente. El liderazgo del Cartagena sigue, lo proclama la clasificación y puede continuar por el colchón adquirido en una salida de competición de las mejores de la historia, pero de eso a esperar una larga cadena de éxitos como para durar al menos la primera vuelta media un abismo.
Al Cartagena, que  en las dos salidas consecutivas ha cosechado la mínima renta de un punto de 6 posibles, cuando maravilló en las seis primeras jornadas con ese pleno de 18 de 18, lo han tumbado –insisto: sin perder el liderato- lo han castigado sin piedad en estos dos desplazamientos a Sevilla y Cádiz circunstancias muy especiales. No es normal que de manera consecutiva a un equipo le  expulsen a sus guardametas. Con razón o sin razón los árbitros tomaron esas determinaciones y ellos son los que mandan. Yo no busco excusas al escribir lo que están leyendo. Pero cualquier equipo debe tener nervios de acero para saber capear estos temporales. El equipo de Pato no está vacunado contra esos imponderables pero tendrá que hacerse a la idea.
En terreno sevillista el problema fue un problema arbitral al equivocarse en el protagonista del penalti que el canario del silbato atribuyó a Víctor Ibáñez. Allí un partido encauzado con un 0-2 y un mejor juego que el de los chicos del Sevilla Atlético en los primeros 35 minutos se torció por un humano error defensivo que derivó en penalti, expulsión y gol. Con la reacción añadida que llevó a los andaluces al empate sin saber ‘parar’ el partido o sin poder congelarlo ante los efectos del golpe. El Cartagena dio por bueno el resultado y también su afición.
En Cádiz se ha perdido la vitola de equipo que no pierde pero allí han continuado los problemas imprevistos para el Cartagena. Ahora también el portero, en este caso Juanma Barrero, fue el expulsado por una arriesgada salida del área para barrer a un jugador contrario. Esta vez el árbitro vio era jugada de gol (hay discrepancias) y echó fuera del campo al extremeño Juanma. Una de las peores cosas que  le puede suceder a un equipo es la expulsión de su guardameta.
Creo, por lo que escuché del partido en Metrópolis FM, que con el 1-0 en el Carranza el Cartagena comenzó a estar tocado. Después la consolidación cadista y más tarde el trastoque de la defensa albinegra con la lesión de Navarro hicieron posible lo que de antemano parecía un imposible: un marcador de 3-0. Un tanteo arriesgado en el recuento final, si hubiera que echar mano del ‘goal average’ para conocer el líder definitivo ante una fase de ascenso. Sin dramatizar ni emular a Nostradamus.
Lo lógico es que, superado anímicamente ese ‘repaso’ en Cádiz, el Cartagena vuelva a ser el que estaba siendo: el mejor equipo del grupo. Un equipo no exento de tener que sufrir esas escaramuzas en forma de propios errores y de los árbitros. Para que se sepa algo que huelga decir pero que digo aquí: los líderes, de tarde en tarde, también patinan.


Ilusos los que pensaban que el Cartagena no patinaría
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