La importancia de las sensaciones

El fútbol es un deporte que, en la inmediatez, da más importancia a las sensaciones que a las estadísticas. Los partidos ante Betis y Elche en casa estaban eran clave para saber si el Cartagena podía aspirar a algo más. Ambos resultados fueron malos, porque se perdieron, pero entraban dentro de la lógica. Lo que dejó más alicaída a la afición fue la impresión de gatillazo en momento clave, de que en partidos grandes no se dio el nivel esperado, de que cuando se tenía que dar un puñetazo en la mesa nos partieron la mano.

Todo esto cambió el pasado domingo. Si bien es cierto que el rival no estaba en la lucha por el ascenso – sino más bien en la lucha por el descenso – el aspecto de máxima rivalidad le confería al encuentro la vitola de partido grande. Todo el ambiente y la atmósfera antes y después del partido así lo atestiguaban. Y aquí si, el Cartagena supo enfrentarse y vencer a todos sus miedos. Ni la presión de volver a puestos de ascenso, ni la hostilidad con los vecinos del norte, ni tan siquiera la maldición del Canal Plus, que acabó por romperse para no volver nunca jamás – o al menos eso espero.

Al final del partido, se ganaron algo más que tres puntos. Se dio un golpe de efecto en la clasificación y se tomó el impulso moral que te deja ganar estos partidos. Porque el Cartagena, ya si, también sabe ganar en los momentos decisivos. Esto es importantísimo, porque ya, todos los partidos son claves.