martes. 14.05.2024

Mucho nuevo bajo el sol: Raimondi

“Acuérdate de conservar en los acontecimientos graves la mente serena”. (Horacio) Ahora que uno puede tumbarse al sol, pegarse un bañito, ver fútbol y acercarse hasta la Ciudad Portuaria para patearla y disfrutarla volviendo a ver museos, restos arqueológicos y pasear por sus calles, jardines y plazas no me queda mas...

“Acuérdate de conservar en los acontecimientos graves la mente serena”. (Horacio)

Ahora que uno puede tumbarse al sol, pegarse un bañito, ver fútbol y acercarse hasta la Ciudad Portuaria para patearla y disfrutarla volviendo a ver museos, restos arqueológicos y pasear por sus calles, jardines y plazas no me queda mas remedio que proclamar desde esta ventana, que leen más de los que dicen leerla, y gritar a los cuatro vientos que Cartagena está guapa y luce limpia y esplendorosa. Solo le falta que se vuelva a encender esa lucecita deportiva que nos ha estado acompañando hasta no hace mucho y que hoy, refulgente, ha vuelto a iluminarnos por la gracia de un uruguayo, Raimondi y de un argentino, Barbosa y todos estamos contentos.
En esta situación de descanso y despreocupado me hallaba cuando, absorto, he caído literalmente, todo el primer tiempo, en brazos de la lectura de los Anales de Tácito. El libro que me atrajo hace unos años como un imán, ahora, que estoy en posición de descanso, de nuevo ha vuelto donde solía y he deseado volver a leerlo. Y, mientras, el FC Cartagena celebrando su afortunado triunfo en Gran Canaria, tratando de ascender hacia la gobernabilidad de la permanencia y acercarse para deslizarlos hacia el sumidero a los Alcoyano, Gerona y, a poco que se descuiden, al CD Guadalajara y a todos aquellos que están dos peldaños más arriba.

En esas estaba cuando, al acabar el partido, se me ha ocurrido la feliz idea de asomarme a la ventana de los diarios más tradicionales de la Ciudad Portuaria para leer con qué titulares habían abierto sus  ventanales mañaneros y ahora, a toro pasado, es decir a lo fácil, me he dado cuenta que todos ellos estaban en el deseo de la esperanza, entrando ésta en esa habitación de la ilusión cartagenerista. Les digo que, leído esos sus titulares, inicio el relato en una noche con sabor a un mar distinto a ese atlántico isleño.

El decano de la Región, es decir La verdad, titulaba: “El Efesé debe ganar y rezar”; “El Cartagena quiere soñar”, titulaba  Fernando Sánchez en la Opinión. Y, pasando a los diarios digitales deportivos, Carlos Sánchez firmaba su previa con: “La esperanza es lo último que se pierde” para, finalmente, los de Nosoloefese apostillar con “La salvación (aún) no es una utopía”.

Como comprobarán los cuatro diarios han acertado. Les diré que el titular de La Verdad lo ha bordado en lo de ganar, dejando lo de rezar para el domingo: sé, me lo han comentado y lo he comprobado, también lo haré, que el domingo en las misas matinales, también en las vespertinas, habrá peregrinaciones a las iglesias de la Ciudad y sus Diputaciones para colocar cirios ofrendados a las distintas advocaciones virginales y ya saben para qué.

Fernando Sánchez ha dado, a medias, en el clavo. El FC Cartagena ha querido soñar con tanta insistencia que se quedó traspuesto todo el primer tiempo y hasta que Ríos comenzó a mover el banquillo, después Raimondi lo despertó. El diario Nosoloefese, evocando a Tomás Moro, han adivinado la utopía gracias a ese Barbosa que, como la lechera, no deseó se rompiese aquella como su cántaro. Por último, nuestro periódico, SPORTCARTAGENA, en palabras de Carlos Sánchez, no solamente dio en la diana de la  esperanza, sino que ésta va a ser muy difícil nos la quiten, existiendo esas compañías generosas para andar el camino.

Y entre tanto el partido discurría, el articulista se enfrascaba en la lectura de los Anales tratando de comparar la campaña que Germánico desplegó en las Galias, en las excentricidades de Tiberio en Capri y en el envenenamiento de Claudio por Agripa. Sirva la comparación de mi lectura para afirmar que, esta noche, el FC Cartagena, en el estadio Insular, con el mínimo esfuerzo, ha ido a lo práctico, se ha olvidado de las excentricidades, ha dejado de envenenar a la afición y se ha centrado en emular a Germánico tratando de conquistar la permanencia.
Lo dijo, al término de la propina del maleducado  Pino Zamorano, Toni Moral, que estando en la alineación inicial dispuesto para salir de inicio no pudo hacerlo: “La dinámica que llevamos es buenísima, la manera de jugar es ésta y en Las Palmas podemos ganar”. Efectivamente, tuvo razón, el FC Cartagena ha abandonado el convulso mundo deportivo en el que vivía. Se han dado cuenta que la subsistencia del equipo y de ellos dependía, como en el caso de los romanos, de sus legiones, que luchaban contra los germanos, los partos, los numidios y los armenios mientras Tiberio eliminaba a los rivales que pudieran hacerle sombra.

El cronista, cuando apunta el sábado, desea parecerse a Tácito narrando lo que ha visto, deseando no ser un cronista imparcial. Sé van a notarse mis preferencias. ¡Qué fácil es escribir cuando mi equipo gana y qué difícil se me hace describir la inquina sobre algunos de los futbolistas, personajes deportivos, del club de sus amores, cuando se pierde! Pero por encima de la brutalidad y la ambición de los emperadores, siempre brillará la gloria de Roma y la perennidad de sus valores.
Ahora, a estas horas de la noche, me he dado cuenta y así lo escribo que en este partido ha habido suerte y hasta algún regalo llegó, algo es algo, para alcanzar el objetivo de quedarnos en la 2ª. Mañana empezaremos a descontar letras, a divagar qué se hará el miércoles contra el Xerez, qué harán nuestros contrarios y si el FC Cartagena seguirá siendo capaz de construir algo perdurable sumando otros tres. Pero esta noche ha podido ganar  cualquiera y el cualquiera ha sido el FC Cartagena. Ha primado el mínimo esfuerzo y la ilusión sobre otros valores. Se han enfrentado dos equipos que aprendieron a saborear el triunfo padeciendo en estos escalones, hoy por mí mañana por tí, saben lo que cuesta. Porque son equipos que viven de recuerdos, hermosos y dolorosos, pero siempre revividos porque se cuentan con los dedos de una mano.

Adiós, decía Horacio que: “debemos acordarnos de conservar en los acontecimientos graves la mente serena”. Esto es lo que hizo el FC Cartagena en las islas y yo y ustedes tan contentos. ¡Coño! 

Pedro-Roberto J.P. En un “Rincón para Doce”. Dies 5/11: ante diem quintum Idus Maias. Nº 231
http://lamedusapaca.blogspot.com.


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