PL respondió a todo y a la única pregunta ante la que se mostró un tanto a la defensiva, comprensible, fue la que le formuló servidor. Su salida de Alcoy debe de dar para una novela. No quiso entrar en detalles de esa destitución a pocas senanas para el término de la Liga y con el equipo en posición de play off, aunque minutos después en privado sí dio algo más que pistas de la situación. Agua pasada.
El de Silla llega a Cartagena muy ilusionado y eso es algo que salta a la legua. Trabajo le espera a destajo y dio la sensación de ser valiente al aceptar una renovación parcial de la plantilla que a más de uno haría temblar. No titubeó al referirse al descarte de Víctor Fernández y a la hora de dar respuesta a las aspiraciones utilizó el tópico que cualquiera habría empleado en parecidas circunstancias. "No se descarta nada". Una expresión que sirve de cajón de sastre pero que pronunciada por el entrenador de una plantilla que volverá a estar entre las seis o siete más económicas de la Liga Adelante casi es una osadía.
La primera impresión que emana de la presentación de PL es buena. Es un producto puesto en el mercado por Sergio Barila, aquel defensa al que Florentino Manzano fichó para el Cartagonova, en SegundaB, y que estuvo a las órdenes del malogrado Txutxi Aranguren.
"A PL no le falta juventud, humildad, valentía y es persona", vino a decir el director general del mismo nombre y apellidos. Con esas cartas credenciales al menos merece el voto de confianza que demanda todo debutante en uno de los banquillos de la Liga Adelante. Un PL que se la juega en Cartagena (progresar o morir) intuyo se va a dejar la piel a tiras en el empeño.
