23 de noviembre de 2009, 1:00
Fue injusta y debida más a los fallos del árbitro, que nos dejó con diez por la expulsión de Cygan cuando el que debió irse a la calle era Bravo por la entrada que hizo al francés sin buscar balón y que era tarjeta roja directa, que por otros motivos, entre los que se puede contar con los dos tiros al palo. Uno, el de Expósito, gajes del juego; otro, el de Tato, un error clamoroso que un delantero no puede tener en esa situación en esta categoría.
Una vez dicho lo anterior, lo que también es doloroso es el trato que algunos medios de comunicación nacionales dan al Cartagena. Si empezamos por la propia retransmisión del encuentro, donde la imparcialidad brilló por su ausencia y donde un "genio" de la locución llamó no sé cuantísimas veces Sergio Martínez a nuestro entrenador, veremos que lo que expongo es una gran verdad.
Parece que todavía no se han dado cuenta de que el Cartagena, aparte de la gran campaña que está haciendo, representa a una ciudad de 215.000 habitantes, que es más grande que 33 capitales de provincia y que de muchas de las ciudades cuyos equipos están en la Liga Adelante y a los que se trata mejor que al "Efesé" (perdón, Sr. Gómez Meseguer).
Pero el ejemplo más clamoroso es el de un diario deportivo de gran tirada nacional que hace pocos meses, lamentablemente, se quedó sin corresponsal en Cartagena por el fallecimiento de la persona que desempeñaba dicho cargo. Este periódico, en vez de hacer un "marcaje" a otros periodistas locales para fichar a uno que cubra la información del hasta hace unos días líder de la Liga Adelante, y ahora segundo clasificado, encomienda la labor a su corresponsal de Murcia.
Una situación triste pero que ya llega al colmo si vemos el vídeo colgado por este diario del partido contra la Real Sociedad. Una grabación que es para ponerle un "marco".
En ella no se ve nada de lo que sucedió en la primera tarjeta a Cygan, esa agresión de Bravo que el árbitro no quiso pitar y que, por una reacción que tampoco tuvo que tener un jugador de la experiencia del francés, que todo hay que decirlo, le costó al gran central del Cartagena la primera tarjeta amarilla. Así, cualquiera que no viera el partido se lleva la impresión de una victoria justa, aunque en el último minuto y con suerte, de los donostiarras.
Sin embargo, te vas a otro diario deportivo nacional de gran tirada, dedicado también a los "ases" del deporte y podemos ver otro vídeo donde, no sólo sale la acción de Bravo sobre Cygan, sino que ésta se repite y se oyen los comentarios del periodista diciendo la realidad de lo que sucedió en dicha situación. Eso es ser imparcial, como debe hacer cualquiera que sepa un poco de periodismo, cualquiera que haya trabajado un poco en una redacción
.
No sé, ni me importa, cuantos ejemplares vende en Cartagena y su comarca el diario del que estoy hablando, pero lo que sí que me gustaría es que dicha cifra bajara considerablemente debido a que los aficionados del Cartagena dejaran de comprarlo e, incluso, de verlo en la web, como yo, por ejemplo, ya he decidido a partir de hoy. Y es que los que queremos a nuestro club, a nuestros colores, a nuestra tierra, tenemos que "desmarcarnos" de quienes nos ningunean, nos ridiculizan, nos atacan, faltan a la verdad de los hechos y no nos prestan la atención que nos merecemos. Vamos, que al que nos da palos ni agua y puedo decirlo más alto pero no más claro.
Una vez dicho lo anterior, lo que también es doloroso es el trato que algunos medios de comunicación nacionales dan al Cartagena. Si empezamos por la propia retransmisión del encuentro, donde la imparcialidad brilló por su ausencia y donde un "genio" de la locución llamó no sé cuantísimas veces Sergio Martínez a nuestro entrenador, veremos que lo que expongo es una gran verdad.
Parece que todavía no se han dado cuenta de que el Cartagena, aparte de la gran campaña que está haciendo, representa a una ciudad de 215.000 habitantes, que es más grande que 33 capitales de provincia y que de muchas de las ciudades cuyos equipos están en la Liga Adelante y a los que se trata mejor que al "Efesé" (perdón, Sr. Gómez Meseguer).
Pero el ejemplo más clamoroso es el de un diario deportivo de gran tirada nacional que hace pocos meses, lamentablemente, se quedó sin corresponsal en Cartagena por el fallecimiento de la persona que desempeñaba dicho cargo. Este periódico, en vez de hacer un "marcaje" a otros periodistas locales para fichar a uno que cubra la información del hasta hace unos días líder de la Liga Adelante, y ahora segundo clasificado, encomienda la labor a su corresponsal de Murcia.
Una situación triste pero que ya llega al colmo si vemos el vídeo colgado por este diario del partido contra la Real Sociedad. Una grabación que es para ponerle un "marco".
En ella no se ve nada de lo que sucedió en la primera tarjeta a Cygan, esa agresión de Bravo que el árbitro no quiso pitar y que, por una reacción que tampoco tuvo que tener un jugador de la experiencia del francés, que todo hay que decirlo, le costó al gran central del Cartagena la primera tarjeta amarilla. Así, cualquiera que no viera el partido se lleva la impresión de una victoria justa, aunque en el último minuto y con suerte, de los donostiarras.
Sin embargo, te vas a otro diario deportivo nacional de gran tirada, dedicado también a los "ases" del deporte y podemos ver otro vídeo donde, no sólo sale la acción de Bravo sobre Cygan, sino que ésta se repite y se oyen los comentarios del periodista diciendo la realidad de lo que sucedió en dicha situación. Eso es ser imparcial, como debe hacer cualquiera que sepa un poco de periodismo, cualquiera que haya trabajado un poco en una redacción
.
No sé, ni me importa, cuantos ejemplares vende en Cartagena y su comarca el diario del que estoy hablando, pero lo que sí que me gustaría es que dicha cifra bajara considerablemente debido a que los aficionados del Cartagena dejaran de comprarlo e, incluso, de verlo en la web, como yo, por ejemplo, ya he decidido a partir de hoy. Y es que los que queremos a nuestro club, a nuestros colores, a nuestra tierra, tenemos que "desmarcarnos" de quienes nos ningunean, nos ridiculizan, nos atacan, faltan a la verdad de los hechos y no nos prestan la atención que nos merecemos. Vamos, que al que nos da palos ni agua y puedo decirlo más alto pero no más claro.
