1 de mayo de 2011, 2:00
“Todo pasa por ganar el sábado en Albacete” estas palabras pronunciadas por Juan Ignacio en la rueda de prensa del miércoles me recuerdan la encrucijada de caminos que es la capital manchega. Todo pasa, efectivamente por Albacete. Hasta el AVE, tren de alta velocidad que por lo visto esta tarde ha invitado a los albaceteños a subirse en él para transitar, la próxima temporada, por las vías de la 2ª B y dejar un vagón vacío para que lo ocupe el futbol club Cartagena en su posible itinerancia hacia la fase de ascenso a Primera División o en su permanencia un año más en esta Liga Adelante.
El paisaje manchego se ha extendido muchísimas veces ante mis ojos a la otra parte de la ventanilla del tren mientras me trasladaba o regresaba de la Ciudad Portuaria en esos tren correo con tres clases que marcaban la verdadera situación sociológica de nuestro país en los sesenta.
Salía de Cartagena deseandoacercarmea esa ciudad en medio de la Mancha que es Albacete, para poder, desde esas mismas ventanillas, saciar la sed bebiendo agua de los botijos ofrecidos por las aguadoras, comprar navajitas de regalo y proseguir el viaje, cuando lo ordenase el jefe de estación, camino de esa otra ciudad, ésta en medio de sí misma, que es Madrid.
Esta tarde me he acordadode que el paisaje quijotesco de la manchano suele ser muy del agrado de la gente, que tiende a considerar sus grandes planicies requemadas por el sol como una extensión inhóspita, un tanto inhumana si se me permite la palabra quizá excesiva. A mí, por el contrario, sí que me gustan estas llanuras ocres.
He sentido la situación de este simpático equipo al comprobar que ya no le queda liga en la que acudir a su rescate, ni calendario capaz de proporcionarle, como en la temporada pasada, un 0-4 del mirlo blanquinegro cartagenero.
ALBACETE 1 – FC CARTAGENA 2
El FC Cartagena se ha cobrado, con réditos, el préstamo que le otorgó al Alba en el último partido de la pasada temporada, azotándole de forma inmisericorde dos latigazos que han sonado tan fuerte como queriendo manifestar, aun jugando regular,que son capaces de crecer de nuevo, y que lo anterior solamente fueron cuatro malas hierbas que se refugiaron en la sombra de los pocos árboles, tratando sin demasiado éxito de romper la monotonía del paisaje futbolístico cartagenero.
Mientras en el Alba todo ha sido desolación en el FC Cartagena casi todo ha sidoexcelencia, todo ha sido grandeza al existir futbolistas que le han dado sentido. Como los de siempre Víctor y Toché, sin ir más lejos, algo más que dos referentes para los de la Rambla. La trascendencia del juego del delanteroemeritense y santomerano valoriza los éxitos del conjunto blanquinegro y remite a los más grandes triunfos del fútbol cartagenero, por su influencia en una manera de jugar, en un estilo. Como tantas otras veces, buscaron el balón o el balón les buscó a ellos, en lo que empieza a ser un enigma por discernir.
Con la ecuación por resolver, después de marcar Tato, en los fatídicos cinco primeros minutos, el Cartagena quiso jugar subido a la chepa de estos dos casi inmortales. Se abrieron los cielos, al principio y al final y el balón giró a su alrededor yToché abrió el marcador en un centro precioso en triangulación con su eterno compañero Víctor.A partir de ahí trataron de asociarse intentando superar a un Alba arropadito y rápido de esta primera parte.
El Alba llegaba y se encontraba a un Pascal Cygan desafortunado, el Cygan más desafortunado de toda la temporada, tan desafortunado estuvo que Juan Ignacio tuvo que dejarlo en el vestuario para no salir en la segunda parte.
Y apareció eleterno joven Victor para marcar de una preciosa vaselina, otra más, un golazo, que sirvió de mimbres primorosas para tejer la red de esta victoria que no se disfrutaba desde el pasado veintiséis de marzo.Entonces, mas cómodo, el equipo pudo elegir con calma y tiempo macerar las jugadas en busca de otro gol que diese la victoria más amplia y tranquila.
Y en estas estábamos cuando de nuevo se abrieron los cielos y asomó el diluvio universal que inspiró al Alba para, acercándose embarulladamente, querer arrebatar los puntos que hasta entonces estaban bien guarnecidos en la mochila cartagenera. De vez en cuando el paisaje entero se sobresaltó con la aparición del elemento meteorológicocomo si quisiera romperese monótono ordende inapreciable valor en la planicie desnuda e implacablemente del Carlos Belmonte, golpeada por el fuerte aguacero.
Hoy las tejas y las vigas de este simpático y querido Alba han cedido a la presión de los años y un tren cargado de obuses o meteoritos le ha ofrecido sus asientos para conducirlo fuera de la Segunda División y bien que lo siento.
¿Y qué decir del árbitro extremeño Ceballos Silva, D. Andrés Manuel? Pues nada, que arbitrando como lo ha hecho esta tarde en el Carlos Belmonte, debe ser consciente del duro trabajo que tendrá que realizar para conseguir ascender para arbitrar en la Primera División.
¡Amigos!, hasta el sábado que viene, si Dios quiere. No tengan miedo. Que estamos en la semana de gloria para que los manchegos no nos la den con queso, si son agradecidos por lo que se les prestó el pasado año. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Pedro-Roberto J.P. hoy desde un lugar con encanto del Mar Menor. Dies 4/30 pridieKalendas Maias.
El paisaje manchego se ha extendido muchísimas veces ante mis ojos a la otra parte de la ventanilla del tren mientras me trasladaba o regresaba de la Ciudad Portuaria en esos tren correo con tres clases que marcaban la verdadera situación sociológica de nuestro país en los sesenta.
Salía de Cartagena deseandoacercarmea esa ciudad en medio de la Mancha que es Albacete, para poder, desde esas mismas ventanillas, saciar la sed bebiendo agua de los botijos ofrecidos por las aguadoras, comprar navajitas de regalo y proseguir el viaje, cuando lo ordenase el jefe de estación, camino de esa otra ciudad, ésta en medio de sí misma, que es Madrid.
Esta tarde me he acordadode que el paisaje quijotesco de la manchano suele ser muy del agrado de la gente, que tiende a considerar sus grandes planicies requemadas por el sol como una extensión inhóspita, un tanto inhumana si se me permite la palabra quizá excesiva. A mí, por el contrario, sí que me gustan estas llanuras ocres.
He sentido la situación de este simpático equipo al comprobar que ya no le queda liga en la que acudir a su rescate, ni calendario capaz de proporcionarle, como en la temporada pasada, un 0-4 del mirlo blanquinegro cartagenero.
ALBACETE 1 – FC CARTAGENA 2
El FC Cartagena se ha cobrado, con réditos, el préstamo que le otorgó al Alba en el último partido de la pasada temporada, azotándole de forma inmisericorde dos latigazos que han sonado tan fuerte como queriendo manifestar, aun jugando regular,que son capaces de crecer de nuevo, y que lo anterior solamente fueron cuatro malas hierbas que se refugiaron en la sombra de los pocos árboles, tratando sin demasiado éxito de romper la monotonía del paisaje futbolístico cartagenero.
Mientras en el Alba todo ha sido desolación en el FC Cartagena casi todo ha sidoexcelencia, todo ha sido grandeza al existir futbolistas que le han dado sentido. Como los de siempre Víctor y Toché, sin ir más lejos, algo más que dos referentes para los de la Rambla. La trascendencia del juego del delanteroemeritense y santomerano valoriza los éxitos del conjunto blanquinegro y remite a los más grandes triunfos del fútbol cartagenero, por su influencia en una manera de jugar, en un estilo. Como tantas otras veces, buscaron el balón o el balón les buscó a ellos, en lo que empieza a ser un enigma por discernir.
Con la ecuación por resolver, después de marcar Tato, en los fatídicos cinco primeros minutos, el Cartagena quiso jugar subido a la chepa de estos dos casi inmortales. Se abrieron los cielos, al principio y al final y el balón giró a su alrededor yToché abrió el marcador en un centro precioso en triangulación con su eterno compañero Víctor.A partir de ahí trataron de asociarse intentando superar a un Alba arropadito y rápido de esta primera parte.
El Alba llegaba y se encontraba a un Pascal Cygan desafortunado, el Cygan más desafortunado de toda la temporada, tan desafortunado estuvo que Juan Ignacio tuvo que dejarlo en el vestuario para no salir en la segunda parte.
Y apareció eleterno joven Victor para marcar de una preciosa vaselina, otra más, un golazo, que sirvió de mimbres primorosas para tejer la red de esta victoria que no se disfrutaba desde el pasado veintiséis de marzo.Entonces, mas cómodo, el equipo pudo elegir con calma y tiempo macerar las jugadas en busca de otro gol que diese la victoria más amplia y tranquila.
Y en estas estábamos cuando de nuevo se abrieron los cielos y asomó el diluvio universal que inspiró al Alba para, acercándose embarulladamente, querer arrebatar los puntos que hasta entonces estaban bien guarnecidos en la mochila cartagenera. De vez en cuando el paisaje entero se sobresaltó con la aparición del elemento meteorológicocomo si quisiera romperese monótono ordende inapreciable valor en la planicie desnuda e implacablemente del Carlos Belmonte, golpeada por el fuerte aguacero.
Hoy las tejas y las vigas de este simpático y querido Alba han cedido a la presión de los años y un tren cargado de obuses o meteoritos le ha ofrecido sus asientos para conducirlo fuera de la Segunda División y bien que lo siento.
¿Y qué decir del árbitro extremeño Ceballos Silva, D. Andrés Manuel? Pues nada, que arbitrando como lo ha hecho esta tarde en el Carlos Belmonte, debe ser consciente del duro trabajo que tendrá que realizar para conseguir ascender para arbitrar en la Primera División.
¡Amigos!, hasta el sábado que viene, si Dios quiere. No tengan miedo. Que estamos en la semana de gloria para que los manchegos no nos la den con queso, si son agradecidos por lo que se les prestó el pasado año. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Pedro-Roberto J.P. hoy desde un lugar con encanto del Mar Menor. Dies 4/30 pridieKalendas Maias.
