11 de abril de 2010, 2:00
Quede dicho desde ya que me siento profundamente orgullosa de ser del Real Murcia CF, de lucir su camiseta, y de ser parte de una afición a la que metieron en un cajón. Los seguidores grana fueron recibidos con abucheos (normal) y a ladrillazo limpio, las lunas de uno de los autocares lo atestiguan (eso es muy sucio). Nunca imaginé que de nuevo el Cartagena se iba a adelantar tan pronto, pero desde luego nunca hubiera imaginado que el Murcia pudo dar primero (Natalio y Chando).
Tampoco imaginé que de adelantarse el Cartagena con un gol soberbio el Murcia iba a responder tan pronto y con un gol mejor. Mucho Chando, mucho, mucho…, pero desde luego lo que jamás pasó por mi cabeza era que volveríamos a errar un penalti. Grité al colegiado que no lo pitará y me fui para no verlo, sabía que no lo íbamos a meter. Natalio lo lanzó horrible. No lo paró Rubén, le bastó con coger el balón que le llegó suavemente a las manos. Primer lujo imperdonable.
En dos arreones de la segunda mitad, un Cartagena sin lujos, ni artificios se puso por delante, pero el orgullo de Pedro puso emoción en el marcador. Don José ya se había decidido por Aguilera, Capdevila y Kike, para mi fue un lujo inquebrantable dejar a Mario en el banco cuando el partido estaba tan intenso, tan emocionante, tan rematadamente loco y abierto. Un pase del malagueño genial es mucho más fácil de rematar para cualquiera de nuestros atacantes, pero el partido murió, de nuevo con la casta de Pedro, que pudo empatar si Rubén, esta vez sí, no lo hubiera evitado con una parada de portero enorme.
Pues cartageneristas, ahí lo tenéis. Servido en bandeja de plata. Ahora os toca gestionar las emociones y los sentimientos. Ya nos apañamos nosotros con lo nuestro que también tenemos intensidad por delante, pero lo conseguiremos. Sólo el fútbol del Barça gana partidos, el Cartagena venció porque marcó un gol más, exclusivamente.
PD. Comienza la cuenta atrás. 10!
Tampoco imaginé que de adelantarse el Cartagena con un gol soberbio el Murcia iba a responder tan pronto y con un gol mejor. Mucho Chando, mucho, mucho…, pero desde luego lo que jamás pasó por mi cabeza era que volveríamos a errar un penalti. Grité al colegiado que no lo pitará y me fui para no verlo, sabía que no lo íbamos a meter. Natalio lo lanzó horrible. No lo paró Rubén, le bastó con coger el balón que le llegó suavemente a las manos. Primer lujo imperdonable.
En dos arreones de la segunda mitad, un Cartagena sin lujos, ni artificios se puso por delante, pero el orgullo de Pedro puso emoción en el marcador. Don José ya se había decidido por Aguilera, Capdevila y Kike, para mi fue un lujo inquebrantable dejar a Mario en el banco cuando el partido estaba tan intenso, tan emocionante, tan rematadamente loco y abierto. Un pase del malagueño genial es mucho más fácil de rematar para cualquiera de nuestros atacantes, pero el partido murió, de nuevo con la casta de Pedro, que pudo empatar si Rubén, esta vez sí, no lo hubiera evitado con una parada de portero enorme.
Pues cartageneristas, ahí lo tenéis. Servido en bandeja de plata. Ahora os toca gestionar las emociones y los sentimientos. Ya nos apañamos nosotros con lo nuestro que también tenemos intensidad por delante, pero lo conseguiremos. Sólo el fútbol del Barça gana partidos, el Cartagena venció porque marcó un gol más, exclusivamente.
PD. Comienza la cuenta atrás. 10!
