Pitar y criticar en el Cartagonova

Y estoy feliz por poder hacerlo. Y triste porque en Cartagena me lo impiden : o vas allí en persona o no votas. Será por tener más controlado el tema, por no trabajar y gastarse dinero en mandarnos los sobres, por hacerlo todo rápido a velocidad de la pólvora, para que no se enteren de lo que piensan los candidatos, para que apenas los conozcan. Estoy harto de pedir el voto por correo en mi querida Cofradía Marraja de mi siempre querida Cartagena –natural en toda clase de elecciones- y, por tanto, criticar que no se haga.

Supongo que podré criticar esta norma de mis cofrades, señor Ribas, manager general del FC, que acaba de echar una bronca clarísima a los que critican a su actual equipo. Otro señor  presidente  dice que no hay que pitar a los jugadores y lo proclama en la Asamblea General del club, dicen, más importante del mundo. Y no cito el club porque hay un lector que se molesta cada vez que lo hago.

Algunos jugadores secundan la idea de que no les piten. No pitar, no, sólo pagar y callar. El triunfador Paco Jémez, al que siempre estaremos agradecidos por la gran alegría que nos dio, dijo –más o menos- en una ocasión reciente en Madrid que Cartagena era casi una ciudad imposible. Y se tuvo que ir. Como se fue Reverte que no servía según Manzano para hacer equipos, él sí. El "inútill" es de equipo modesto pero líder destacado. Y su presidente es persona sensata que deja trabajar y que organiza con lógica e inteligencia. Y con poco dinero. Bueno, esperemos que cambie nuestra situación o, si no, preparémonos ilusionadamente para luchar por la permanencia.

Pero volvamos al señor Ribas, manager general. No se puede criticar, ¿no? Pues se está usted cargando la esencia del periodismo. Hace usted pedazos el Periodismo de Occidente. Está pidiendo que desaparezca la crítica constructiva señalando los males para disminuirlos o hacerlos desaparecer.

Supongo que, como tantos otros, querrá que nunca le piten a los jugadores porque sólo hay que verlos, pagarles, animarles y… callar. O sea, que pagamos a unos señores que son nuestros empleados y no podemos decirles nada más que aplaudirles. Pues aviadas están todas las empresas del mundo si los dueños o jefes no pudieran corregir y los clientes no protestar por un producto en mal estado y devolverlo.

Esa es la libertad de la democracia, señor Ribas, que supongo que también regirá en su país. Naturalmente las críticas y los pitos tienen que venir con argumentos y razonadamente. Usted no le da un cachete a sus hijos cada dos por tres – bueno, antes, cuando se podía- sino en las ocasiones en las que es razonable y necesario para su buena educación y para enderezar su rumbo.

Así que hay que criticar y pitar en el Cartagonova –y en todas las facetas de la vida- cuando sea útil y queramos enderezar un barco que va a la deriva.

Decían, señor Ribas, que antes éramos el Real Madrid –toma, ya se me escapó el nombre del equipo del Bernabéu- de la 2ª B. Ahora no les ganamos ni a los aspirantes a Tercera, transitoriamente en esta categoría basura del fútbol español, basura por profesionalizada y no declarada amateur. Ahora nos dedicamos a mirar a equipos muy cercanos, con muchísimas más dificultades y mucho menor presupuesto o menos tiempo para organizarse que nos están dando sopas con honda.

¿Tampoco esto se puede escribir, hablar o decir en el campo, en los periódicos o en la mayoría de los medios de comunicación?. Pues nada, señor Ribas, descendamos aplaudiendo y con una sonrisa.

Mientras tanto, soy partidario de criticar y pitar en el Cartogonova y donde el sentido de la oportunidad lo demande, aunque soy mucho más partidario de alabar al equipo y de ganar partidos. Y poner al FC donde debe estar.