30 de noviembre de 2009, 1:00
Ambos han conseguido llegar a la decimocuarta jornada con lo que unos esperaban y otros temían: el Cartagena, líder (aunque sea empatado a puntos, 26, con el Rayo Vallecano y la Real Sociedad, pero líder al fin y al cabo) y el Real Murcia colista en solitario después de haber perdido esta pasada jornada en Castellón por 2-1. equipo al que ha relevado en el puesto menos deseado de toda la clasificación.
Y si a eso le sumamos que el fútbol murciano tiene el dudoso honor de que un equipo de su Territorial, el Lumbreras, se haya convertido en el equipo más goleado (57 tantos) de los 480 clubes del fútbol español en sus tres Divisiones, convendrán conmigo en que no es para estar orgullosos de cómo anda el fútbol de nuestra Región.
Menos mal que el Cartagena salva el honor patrio y proporciona a los aficionados la única alegría al seguir liderando la Segunda División y haciendo dudar a los escépticos de sus posibilidades de mantener su lucha por el ascenso a Primera División hasta el final.
Al Real Murcia –ni conmigo ni sin ti tienen mis males remedio– da igual que le dirija José Miguel Campos que José González. Su deriva es catastrófica y ya ni tan siquiera puede con ese Castellón que se ha salido de la cola gracias a la nulidad atacante de los grana, incapaces de ganar solo un partido en esas catorce jornadas que llevamos de competición.
A los escépticos, entre los que debo confesar que me encontraba, ya no se nos hace tan difícil pensar que el Cartagena puede aspirar al ascenso y que el Real Murcia puede acabar descendiendo a Segunda B. Lo que hasta hace unas jornadas parecía un tanto utópico –el Cartagena, pensábamos, acabaría en un honrosísimo puesto de mitad de la tabla hacia arriba y el Murcia conseguiría salvarse de la quema aunque fuera con apuros– se va haciendo cada vez más cercano y posible.
Lo dicho, príncipes y mendigos. Y no hace falta ser muy listo para adjudicar a cada equipo su papel.
Y si a eso le sumamos que el fútbol murciano tiene el dudoso honor de que un equipo de su Territorial, el Lumbreras, se haya convertido en el equipo más goleado (57 tantos) de los 480 clubes del fútbol español en sus tres Divisiones, convendrán conmigo en que no es para estar orgullosos de cómo anda el fútbol de nuestra Región.
Menos mal que el Cartagena salva el honor patrio y proporciona a los aficionados la única alegría al seguir liderando la Segunda División y haciendo dudar a los escépticos de sus posibilidades de mantener su lucha por el ascenso a Primera División hasta el final.
Al Real Murcia –ni conmigo ni sin ti tienen mis males remedio– da igual que le dirija José Miguel Campos que José González. Su deriva es catastrófica y ya ni tan siquiera puede con ese Castellón que se ha salido de la cola gracias a la nulidad atacante de los grana, incapaces de ganar solo un partido en esas catorce jornadas que llevamos de competición.
A los escépticos, entre los que debo confesar que me encontraba, ya no se nos hace tan difícil pensar que el Cartagena puede aspirar al ascenso y que el Real Murcia puede acabar descendiendo a Segunda B. Lo que hasta hace unas jornadas parecía un tanto utópico –el Cartagena, pensábamos, acabaría en un honrosísimo puesto de mitad de la tabla hacia arriba y el Murcia conseguiría salvarse de la quema aunque fuera con apuros– se va haciendo cada vez más cercano y posible.
Lo dicho, príncipes y mendigos. Y no hace falta ser muy listo para adjudicar a cada equipo su papel.
