1 de noviembre de 2009, 1:00
En lo que al Cartagonova se refiere y respecto de los desengaños que cada uno de nosotros hemos vivido en su interior, todos tendríamos sin duda un buen puñado de historias que contar.
Han sido muchos años asistiendo a partidos alejados por completo del concepto de espectáculo y que, finalmente, parecen a años luz de este momento.
Son ya diez los partidos disputados y en cualquiera de ellos no sólo hemos sido superiores a cualquiera de los otros equipos rivales, sino que ha habido fases de los encuentros en los que, realmente, hemos marcado una diferencia con el resto que muchos lectores han apuntado ya en este foro: la que existe entre “un primera” y un equipo de segunda.
Probablemente porque tenemos una pareja de centrales que apenas conceden oportunidades; porque cuando Longás dice de jugar y se despereza lo hace como muy pocos mediocentros de este país pueden hacerlo; porque Víctor, De Lucas o Toché están realmente bien; etc, etc...
Y para colmo, nos permitimos el lujo de que un lateral derecho que apenas había tenido ocasión de participar en el equipo marque un verdadero golazo de libre directo, o que Pablo Ruiz, en un alarde de clase, eleve por encima de la defensa un balón perfecto para que Víctor marque el cuarto.
Pues sí, parece que los tiempos han cambiado; hasta el punto de que las gradas estaban plagadas de acérrimos madridistas que, en otros tiempos, hubieran hechos planes diferentes para pasar ese sábado y que esta vez no dudaron en ir al campo –incluso sin pinganillo!-.
Por cierto, un abrazo para Rafa –compañero, muy amigo y, por supuesto, socio del Efesé- que justo cuando el Cartagena jugaba el que probablemente ha sido el mejor partido que hemos visto jamás en ese campo, despedía para siempre a su padre. Me consta que las noticias que le llegaban del partido le sirvieron por un mínimo instante de pequeña evasión, en el trance más duro de su vida. Lo dicho, un abrazo.
Han sido muchos años asistiendo a partidos alejados por completo del concepto de espectáculo y que, finalmente, parecen a años luz de este momento.
Son ya diez los partidos disputados y en cualquiera de ellos no sólo hemos sido superiores a cualquiera de los otros equipos rivales, sino que ha habido fases de los encuentros en los que, realmente, hemos marcado una diferencia con el resto que muchos lectores han apuntado ya en este foro: la que existe entre “un primera” y un equipo de segunda.
Probablemente porque tenemos una pareja de centrales que apenas conceden oportunidades; porque cuando Longás dice de jugar y se despereza lo hace como muy pocos mediocentros de este país pueden hacerlo; porque Víctor, De Lucas o Toché están realmente bien; etc, etc...
Y para colmo, nos permitimos el lujo de que un lateral derecho que apenas había tenido ocasión de participar en el equipo marque un verdadero golazo de libre directo, o que Pablo Ruiz, en un alarde de clase, eleve por encima de la defensa un balón perfecto para que Víctor marque el cuarto.
Pues sí, parece que los tiempos han cambiado; hasta el punto de que las gradas estaban plagadas de acérrimos madridistas que, en otros tiempos, hubieran hechos planes diferentes para pasar ese sábado y que esta vez no dudaron en ir al campo –incluso sin pinganillo!-.
Por cierto, un abrazo para Rafa –compañero, muy amigo y, por supuesto, socio del Efesé- que justo cuando el Cartagena jugaba el que probablemente ha sido el mejor partido que hemos visto jamás en ese campo, despedía para siempre a su padre. Me consta que las noticias que le llegaban del partido le sirvieron por un mínimo instante de pequeña evasión, en el trance más duro de su vida. Lo dicho, un abrazo.
