sábado. 04.05.2024
Ricardo Díaz-Manresa | Periodista

¿Es real lo que nos está pasando?

Y todavía no hemos subido, pero no olviden que no hay dos sin tres. Se van cumpliendo las predicciones de estas personas consagradas, la suerte nos acompaña, Dios es de todos los equipos y quiere el bien de todos y nos ha tenido –quizá para que sintiéramos ahora tanta alegría-...
Y todavía no hemos subido, pero no olviden que no hay dos sin tres. Se van cumpliendo las predicciones de estas personas consagradas, la suerte nos acompaña, Dios es de todos los equipos y quiere el bien de todos y nos ha tenido –quizá para que sintiéramos ahora tanta alegría- a pan y agua demasiado tiempo. Esta temporada y hasta ahora nos ha tocado la lotería.

Hay cuatro momentos mágicos que fundamentan la felicidad futbolera, de cualquier equipo en general y de nuestro FC en particular.

Ascender. Todavía doy saltos cuando me acuerdo.

Hacer una buena temporada. Inmejorable este cuarto de Liga.

Vencer al eterno rival en su feudo. Se consiguió y cómo.

Y llegar a Primera. Nadie se lo cree lógicamente. Sería el gran sueño.

Son las cuatro grandes patas de la mesa de la felicidad del equipo de la tierra con el balón de por medio.

La felicidad, palabra inalcanzable. Muchos cartageneros han sentido algo así, sin saber definirlo, cuando el ascenso, con la temporada de oro que llevamos y sobre todo en Murcia. Igual no han tenido otras oportunidades en la vida de sentir lo mismo. Un balón y un equipo nos la proporciona. Cómo es la vida de sorprendente.

Me río de que muchos no supieran la diferencia para la ciudad y para cada cuerpecito serrano cartagenero entre el fútbol profesional y el otro. ¿Cómo y cuándo se iba a dar el espectáculo y el sentimiento de la Nueva Condomina? ¿Cuándo daríamos la oportunidad de hablar de nosotros y respetarnos como ahora? ¿Cómo viviremos las avalanchas de seguidores de otros equipos cuando la Liga esté más caliente e incluso el Cartagena despida fuego? ¿Cuándo el nombre de Cartagena estaría en la boca de toda la afición como ahora? ¿Cuándo podríamos ver tantas caras alegres? ¿Cuándo nuestros goles se convertirían en un altavoz para España?

Ya ven : hemos hecho una cosa bien para nuestra ciudad entre tantas malas y cómo se multiplican sus efectos.

Este es el ejemplo a seguir para bastantes cosas que nos faltan.

Y por faltarme me faltaba algo que me acerca algo más a entrever cómo será la felicidad completa. En uno de los comentarios que con tanta alegría leo sobre mis artículos, una pareja me dice que escriba sobre el histórico 8 de noviembre (que ahí queda por los siglos de los siglos). Y que vaya más a la radio. Lo haré cuando me llamen, como me enseñaron en los Maristas de la calle San Agustín. Gracias por el interés. Os brindo este artículo, como los toreros. Hoy ya no estaba la petición de la pareja porque en Sport va todo de vértigo.

Y mientras disfruto tanto y con todo, me sigo preguntando : ¿es real lo que nos está pasando? Un buen pellizco será la prueba de que sí. La magia inunda Cartagena.

Y podré seguir entrando en la churrería donde desayuno de la calle madrileña de Apodaca y decir señalando con el índice a un amigo que no nos quiere del todo: Los primeros –por lo menos- hasta el domingo por la tarde. Y así una semana tras otra.

¿Es real lo que nos está pasando?
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