viernes. 26.04.2024
Carlos Illán | Periodista

El de siempre, los nuestros y la lección de fe

Ahora vayamos al duelo del sábado con espíritu crítico y autocrítico. El árbitro es el mismo que dirigió los partidos en Murcia (1-4) y en casa ante la Real (1-1). En el primero la superioridad del Efesé fue manifiesta y su labor pasó desapercibida. En el segundo nos enfadó y...
Ahora vayamos al duelo del sábado con espíritu crítico y autocrítico. El árbitro es el mismo que dirigió los partidos en Murcia (1-4) y en casa ante la Real (1-1). En el primero la superioridad del Efesé fue manifiesta y su labor pasó desapercibida. En el segundo nos enfadó y el sábado, nos enrabietó y nos hundió, por mucho que en la recta final del partido tratase de apañar sus errores. Ahora, maticemos esta última palabra:
Error: ¿Si hay intencionalidad existe el error?
Otra pregunta: Si un árbitro ayuda con sus decisiones a una de las partes, ¿es juez?
Lo malo es que si al Levante le 'robaron' el partido que perdió en Córdoba con los fallos arbitrales, ya está a la par, pero con el Efesé la cuenta tiene un saldo excesivamente negativo. Y lo malo es también que en el fútbol profesional actúen árbitros que carguen de mala fama con sus actuaciones a todo un colectivo.

Ahora nos centramos en el equipo. Sigue recibiendo goles por desabarajustes defensivos (Betis, Numancia, Salamanca, Levante, etc.) y encima el que tiene que tapar no tapa, quien tiene que marcar al contrario no marca, quien tiene que despejar bien lo hace mal o el portero no pilla un remate y cuando lo hace es para peor, por poner unos ejemplos, además de la imprudente acción de Txiqui que costó dejar al equipo con uno menos. El Efesé ya no es el firme equipo de la primera vuelta en tareas defensivas ni ahora lo veo como un equipo que sepa controlar un partido cuando tiene una mínima renta en el marcador. Sí me parece que su fuerte es el ataque, por lo que mi opinión es que cuando quedan sólo cuatro jornadas lo mejor que puede hacer es lo que mejor sabe hacer: atacar y punto.

Capítulo aparte merece la fe de este equipo. Con 2-5 en el marcador muchos aficionados se vinieron abajo, pero los jugadores demostraron que su gran tesoro ahora es la fe y casi empatan. Fue la mejor actitud que he visto en un grupo humano de futbolistas en muchos años. Bravo.

El de siempre, los nuestros y la lección de fe
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