Como premio –aunque corto- ya tiene dos puntos, ha convencido a la afición de que la posición actual en la tabla puede ser superada y que lo pasado, pasado está y mejor será no nombrar la bicha; pero es tan poco bagaje que la buena proyección en el rendimiento se tiene que demostrar además ganando partidos.
Gerona es una oportunidad que depara el calendario, sugestivo calendario que enseguida mete a los albinegros en un atractivo carrusel
de partidos que encadena de manera consecutiva a rivales como
Coruña, Murcia, Celta, Elche, Almería y Valladolid, casi todos con aspiraciones de ascenso.
Es evidente que el Cartagena no puede estancarse con unos pocos puntos y un avance claro en sus progresos, sin materializar ese esfuerzo en la tabla de clasificación. Para plantar cara a esa colección de adversarios que le aguardan tiene que sostener un entusiasmo que solo se refuerza con puntos.
Lo que las circunstancias obligan al Cartagena, en este delicado momento deportivo, es a realizar proezas si como tales se considera, por ejemplo, ganar tres o cuatro de los siete próximos partidos y empatar al menos un par de ellos. El tiempo echado por la borda en el arranque de la Liga lo tiene que recuperar ya, sin más dilación.
Líneas arriba solo he escrito obviedades de las que cualquier avispado podrá decir se enmarcan en una palabrería barata. Pero había que refrescar memorias: jugar bien ante el Córdoba y merecer ganar no es suficiente.
