Es evidente que el Cartagena tiene que hacer frente este sábado a uno de los adversarios más cualificados para pensar en un ascenso que le arrebató la pasada campaña el Granada por ese empate a un gol en el partido de vuelta entre palmeras. En Los Cármenes el marcador final fue de 0-0, por lo que ese gol granadinista , con doble valor, sirvió para ascender a los de Fabri.
El Elche solo ha perdido en dos de sus seis viajes. Los albinegros quieren que muerdan el polvo en
el Cartagonova por tercera vez y que se rompa el signo favorable a los ilicitanos en sus dos últimas visitas. En la del año pasado todos recuerdan la arrancada increíble de Wakasso por banda izquierda que acabó en el tanto del triunfo, y en la anterior también se recordará el show del malagueño Mario Melero López con el silbato, consintiendo todas las travesuras del jugador franjiverde José Luis Acciari, hoy el más veterano del equipo de José Bordalás.
En el estadio Colombino, por 1-0, y en el nuevo Zorrilla, por 2-1, fue donde únicamente perdió el Elche, que fue capaz de triunfar en un terreno tan difícil como el de Balaídos, por 1-2; en Montilivi ante el Girona, por 1-4, y en el Alcoraz de Huesca, por 0-1, ya pasando la hora. El otro marcador, que se registró en Las Palmas, fue de empate (1-1).
Hace días Javi López comentó que el Elche era diferente al trío de aspirantes con los que a corto plazo tenía que enfrentarse el Cartagena, necesitado de triunfos para acabar con su anemia de puntos. Evidentemente, los ilicitanos no juegan como el Celta ni como el Valladolid.
Se deduce que el entrenador del Cartagena conoce bien las características del Elche al que calificó de “duro y rocoso”. Un equipo que ha sabido sobrevivir
desde hace dos años a la baja del goleador Molina (traspasado al Betis, sin el cobro resuelto a estas alturas) con la entrada del tinerfeño
Ángel, otro hombre de área, y que en su momento resolvió la ausencia del meta
Willy Caballero, contratado por el Málaga.
Para el Cartagena el Elche es una prueba de fuego, como lo fue el Depor, después el Murcia y últimamente el Celta. La progresión de los albinegros tiene que traducirse en una victoria en lucha con un rival que va a entrar inmediatamente en una fase complicada del calendario, con partidos consecutivos con Deportivo de La Coruña, en el
Martínez Valeros, y con el Hércules, su enemigo de siempre, en el Rico Pérez.
Javi López, que suele hablar claro, no ocultó el jueves 9 dar a conocer su carácter de entrenador exigente. Quiere más atrevimiento en el Cartagena, y en otro orden de cosas no quiso entrar en el tema de la semana: la estrategia urdida por medios de comunicación lanzando, tan panchos ellos, el bulo de una escabechina de bajas en el equipo, como si los profesionales del fútbol fuesen de acero inoxidable y no tuviesen sentimientos. Allá cada cual con sus conductas. Pero, como diría el castizo, se les ve el plumero.
Eso es falsa libertad de expresión; la creatividad al servicio de la libertad para desestabilizar.
