31 de agosto de 2011, 21:26
Ahí los tenemos, en la mundialmente conocida Fontana Di Trevi que se inmortalizó en el cince con La dolce vita (1960): en una de las escenas más famosas del cine italiano, cuando Anita Ekberg se zambulle en la fuente, invitando a Marcello Mastroianni a hacer lo mismo. Francisco y Dori no debieron de llegar a tanto pero posaron con orgullo en la popular fuente que mandó construir el papa Clemente XII.
Los trabajos empezaron en 1732 y terminaron en 1762, mucho después de la muerte de Clemente. Hoy es el escenario perfecto para muchos que, como Francisco -que sería Francesco en italiano- y Dori, quieren dejar impregnado su cartagenerismo.