Aganzo ha querido quitar hierro con el periodista Lucas V. Belmar, el Información de Alicante, a la búsqueda infructuosa de un tercer ariete por petición expresa de Mandiá. "Tengo 31 años, sé como es el fútbol y ya no me sorprende nada. En el Espanyol nos llegamos a juntar nueve delanteros en una misma temporada, así que ahora sólo somos dos y no estamos tan mal", bromeó el madrileño, quien dejó claro que tiene la autoestima por las nubes: "Si estoy al cien por cien no tengo miedo a nadie. Las posibilidades de ascenso siguen intactas y aquí queda todavía mucha tela por cortar".
Aganzo sí reconoció que esta temporada está viviendo una pesadilla por los numerosos problemas físicos. A las roturas musculares se unieron las paperas y, recientemente, una gastroenteritis que le impidió entrenar con normalidad. "Está siendo un año difícil porque me está pasando de todo. Ahora voy con pies de plomo porque no quiero sufrir ninguna lesión más. Ya este año me he precipitado en alguna ocasión para reaparecer antes de lo previsto y al final eso siempre es perjudicial", señaló.
El ariete formado en la cantera del Real Madrid fue titular ayer en el amistoso frente al Slovan Bratislava y su objetivo es tener continuidad en los entrenamientos para así asentarse en el once inicial. "Se trata de entrar poco a poco para no volver a salir. No puedo permitirme dar otro paso atrás. Físicamente aún no estoy del todo bien, pero quiero ayudar al equipo y lo haré en Cartagena, donde el domingo disputamos un partido muy importante", afirmó.
Aganzo restó importancia a la alarmante falta de puntería mostrada por sus compañeros en el choque del pasado sábado ante el Villarreal B y que condenó a las blanquiazules a una derrota inesperada. "El sábado pudimos estar jugando toda la tarde y no hubiéramos marcado, ya que hay partidos a lo largo de una temporada en los que el balón no quiere entrar. Seguro que en Cartagena sí que van para adentro", vaticinó el madrileño
