Conocidas fueron las visitas de Amancio en Cartagena para visitar a su tío Norberto cada vez que sus obligaciones con el Madrid se lo permitían. El bar La Cabaña del Lago y la cafetería Puerto Rico eran sus lugares favoritos, que siempre visitaba en compañía de Amaro.
Amancio Amaro ha dejado de existir pero su relación con Cartagena siempre será recordada por los aficionados veteranos, que le vieron pasear en numerosas ocasiones por las calles y plazas de Cartagena, especialmente la conocida como ‘El Lago’ donde hace años habían dos establecimientos -que ya no existen- muy futboleros, La Cabaña del lago y la cafetería Puerto Rico, lugares emblemáticos por antonomasia del fútbol local y a donde Norberto Amaro solía acudir a la tertulias futbolísticas de aquellos tiempos. Amancio acompañó a su tío en más de una ocasión.
Amaro hizo historia con el gol -invalidado por el árbitro- al romper su potente disparo la red del Atlético de Ceuta, en junio de 1959- en un partido de ascenso a Segunda con la Unión Deportiva Cartagenera.
Otro momento para la historia del fútbol cartagenero fue el 8 de enero de 1969, cuando Amaro fue homenajeado en el estadio del Almarjal en un partido en el que efectuó el saque de honor Zarra, jugador internacional. El Cartagena se enfrentó aquel día a un combinado nacional en el que figuraban, entre otros, Amancio, que como sobrino de Amaro se encargó de todos los preparativos de aquella tarde con un Almarjal en plena remodelación, y Veloso.
Norberto Amaro murió a primeros de enero de 2009 en Cartagena aunque fue enterrado en Toledo, donde yacía su esposa y fue uno de los grandes ídolos del cartagenerismo. Famosa fue la frase de Norberto hacia su sobrino cuando Amancio, siendo ya entrenador del Castilla, llegó a la puerta de El Almarjal y al ver el color casi negro, de tierra prácticamente, que tenía el terreno que recientemente había pasado por unas inundaciones, dijo “¿Y aquí es donde vamos a jugar” a lo que Amato, a su lado, le inquirió en broma. “A ver si ahora vas a quejarte”.
Era un 27 de noviembre de 1983 y por aquel Efesé que dirigía José Víctor marcaron Rebollo (1-2, m. 56) (el 2-3 Casimiro López en el 79) (y de nuevo Rebollo en el 90 haría el 3-3 definitivo). Por el Castilla marcaron Martín Vázquez el 0-1 min. 37, el 0-2 Butragueño en el 47 y el 1-3 Sanchís en el 76. Después Norberto Amaro y Amancio se dieron un abrazo muy familiar en presencia de varios periodistas y bromearon juntos sobre aquel partidazo. Amancio como entrenador se fraguó una de las generaciones de canteranos más importantes de la historia del club: la Quinta del Buitre.
