30 de marzo de 2014, 22:30
Sin entrar en el penalti, que estaba muy cerca de la jugada, el madrileño Sergio Pérez Muley tuvo decisiones bastante discutidas. Por ejemplo expulsó a Fernando en el minuto 85 porque el blanquinegro rozó con su cuerpo a un defensa, mostrándole la segunda tarjeta y la consiguiente expulsión.
Minutos antes sin embargo perdonaría la segunda cartulina amarilla a Julio, quien acababa de ver una primera por tocar el balón con la mano.
En apenas unos minutos volvería a tocar el balón con las manos y, aunque el colegiado lo vio, prefirió mirar a otro lado para no tener que expulsarle. Al morenito Akrong tampoco quiso mostrarle la segunda tarjeta a pesar de que el jugador africano hizo numerosas faltas merecedoras de alguna que otra tarjeta.
Al final salió entre pitos y su actuación fue bastante protestada. Tevenet, entrenador albinegro, se descolgaría al final diciendo que tenía la sensación de que en Cartagena los árbitros pitan demasiado fácil. Razón no le falta.