viernes. 26.04.2024
CAYERON AL POZO EN OCTUBRE DE 1996 TRAS NO PRESENTARSE EN FORTUNA

Se cumplen trece años de la caída del Efesé auténtico, que llegó a estar al borde de la desaparición absoluta

En ese mismo año 1995, en lo estrictamente deportivo los blanquinegros lograron salvarse de la caída a Tercera al ganar al Casetas de Zaragoza en el encuentro de promoción por la permanencia. Tan crucial partido, bastante flojo en el aspecto técnico pero muy emocionante e igualado, se disputó en el...
En ese mismo año 1995, en lo estrictamente deportivo los blanquinegros lograron salvarse de la caída a Tercera al ganar al Casetas de Zaragoza en el encuentro de promoción por la permanencia. Tan crucial partido, bastante flojo en el aspecto técnico pero muy emocionante e igualado, se disputó en el terreno neutral de La Fuensanta, en Cuenca, y fue el delantero leonés Antonio el autor del único gol. Meses después la caída al pozo de Tercera fue inevitable.

El Cartagena FC había finalizado la competición en el puesto decimosexto, tras las 38 jornadas de Liga en el grupo IV de Segunda B, compuesto mayoritariamente por clubes andaluces. El Efesé, con un presupuesto de 40 millones de pesetas que no pudo cubrir, anduvo toda la campaña prisionero de sus problemas económicos. Jamás pudo centrarse el equipo de Antonio Pedreño en la competición, en la que sumó 33 puntos al imponerse en once encuentros y empatar en otros once y sufrir el fracaso en dieciséis enfrentamientos.

El entrenador de Pilar de la Horadada apenas pudo cobrar el 50 por ciento de sus emolumentos en los cerca de tres años en los que se dedicó al Efesé, compaginando esta tarea con la dirección de la oficina de una entidad de ahorros.

Evidentemente no eran tiempos de bonanza para el equipo de Cartagena, como los actuales en los que el empresario alicantino Paco Gómez sigue proyectando, ya en Segunda por el ascenso en Alcoy en mayo pasado, la imagen de un inversor sin freno que ha conseguido que la afición se olvide todos los veranos de la lista de clubes morosos que facilita la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles). Aquel Efesé de hace doce o trece años careció de canales de financiación y apenas tuvo respaldo de sus seguidores, con una ridícula lista de abonados, unos quinientos.

Tres años antes había llegado, con el mandato de José Luis Belda, a disputar dos promociones de ascenso a Segunda A, en las que el premio final fue recogido por el Racing Santander –con muchísima polémica, por la forma en la que el Getafe le regaló el ascenso- y un año más tarde por un Badajoz que terminó goleando a los cartageneristas en el estadio del Vivero (5-1) en medio de un ambiente hostil soportado por dos mil seguidores del Efesé. El uruguayo Voltaire García era el técnico del cuadro cartagenero en ambas ocasiones.

SIN AYUDA
La reclamación de ayudas no halló respuesta aquella temporada fatídica de 1995/96. El Ayuntamiento recién estrenado no consideró oportuno tender su mano al Efesé y, de manera no oficial, sí se mostró más receptivo cuando se trataba de auxiliar el proyecto del Cartagonova FC, un parto sin dolor que propició Florentino Manzano, quien había sido secretario técnico del Cartagena en la gloriosa temporada del último ascenso a Segunda A en Torrejón, en mayo de 1982, y posteriormente directivo con Andrés Martínez Prieto, aunque no tuvo responsabilidad en la caída a Segunda B en 1988, pues ya no figuraba en la entidad. Florentino estaba dispuesto a que el Cartago fuese el recambio natural del entrampado club que había entrado en una dinámica negativa desde que Belda salió de la presidencia.

El fallecimiento del Efesé tuvo una gestación con principal exponente en lo acaecido hacia la mitad de 1995, al desprenderse con la Liga en marcha del goleador Enrique Cuxart, que fue traspasado al Elche por cuatro millones de pesetas. Responsable de la operación fue Francisco Villaescusa Lledó, dirigente de la entidad y empresario de la construcción en San Javier, al que relevó el cartagenero José Marín Alburquerque, con presencia provisional.

El club vio aliviada fugazmente su situación económica, también en parte, aunque en lo deportivo la capacidad atacante del conjunto se resintió hasta verse abocado a disputar la promoción de permanencia, a partido único, con los aragoneses del Casetas.

UN 6 DE OCTUBRE
Predestinado a desaparecer a corto plazo, el Cartagena FC se vio con sus frágiles huesos en Tercera, por el efecto del drástico descenso desde los despachos, y no pudo asimilar la situación, abandonado a su suerte. Y así llegó el tremendo palo de la retirada del equipo, que no acudió en la quinta jornada de Liga a disputar su encuentro en la localidad de Fortuna. Fue el 6 de octubre de 1996 y la decisión la adoptó la mayoría de jugadores de una plantilla conducida entonces por Pedro Arango. Todos los futbolistas, excepto cuatro, se negaron a jugar.

Andrés Bolarín, que había accedido a la presidencia y que fue noticia nacional al ser ingresado en la cárcel de San Antón por cuestiones ajenas al fútbol, calificó de insensata esa actitud. Mas Bolarín, como antes Andrés Hernández, hermano de Añil, no había dado con la fórmula salvadora. No se contaba con dinero para responder a las modestas exigencias de un también modesto equipo en el que figuraban Alejandro, Estevi, Correa, José Ramón Egea, Ginés, Rafa, Bascuñana, Pepe Bayardo, Aledo, Julio, José Luis, Juan José y Ramón, casi todos de la cantera.

SANCIONES ECONOMICAS
El Juez Único de Competición de la Federación Regional de Murcia, Enrique Quiñonero, impuso enseguida al Efesé una sanción de 125.000 pesetas y al pago de una indemnización al Fortuna, por 30.000 pesetas, cantidades que jamás serían sufragadas.

En aquella triste campaña de su retirada tras la incomparecencia en la quinta jornada de la Liga en Tercera, el Cartagena sólo disponía de sesenta fieles abonados, lo que sirvió para que el concejal Gómez López comentase. “Hasta los aficionados nostálgicos han fallado esta vez”.

En la trastienda ya estaba, pujante, en Tercera, un Cartagonova FC llevado técnicamente por Chechu Delgado, y en segunda fila un Cartagena Atlético, de José Luis Belda, que terminó por desaparecer también por carecer de apoyos y estar obligado a jugar sus partidos en el campo de tierra de calle Carmen Conde, conocido popularmente por Urbincasa.

El Efesé estaba ya finiquitado de las categorías nacionales, pero como Cartagena FC seguía vigente la marca con el funcionamiento del equipo juvenil, al amparo de José Gómez Meseguer y sus colaboradores, quienes hicieron posible la puesta en marcha de la Ciudad Deportiva del Polígono Industrial Cabezo Beaza, en la que continúa una labor de cantera, en progresión y ya con un campo de césped artificial.

Gómez Meseguer mantiene la teoría de que el Efesé, el de siempre, no ha muerto. Ahora tiene a su equipo en la Tercera División y con una buena infraestructura.

Se cumplen trece años de la caída del Efesé auténtico, que...
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