El año 2023, deportivamente hablando, y con él la primera vuelta de la Liga en Segunda División, llegan a su final este jueves en Huesca para el FC Cartagena. Y lo hacen en el peor momento para el conjunto albinegro a tenor de las numerosas circunstancias que tienen en contra, pero sobre todo por la gran cantidad de bajas con las que el cuadro de Julián Calero se ha encontrado para este envite.
A las ausencias ya conocidas de los defensas Kiko Olivas y Arnau Solá, por lesión, y del lateral Iván Calero, sancionado por acumulación de amonestaciones, a lo largo de la semana se han unido las de otros futbolistas que venían arrastrando diversas molestias físicas y que finalmente tampoco podrán desplazarse hasta tierras aragonesas.
Así, los centrocampistas David Ferreiro y Juan Carlos Real, y los delanteros Alfredo Ortuño y Juanjo Narváez (éste será sometido este miércoles a una última prueba antes de saber su estado definitivo de cara al encuentro) se perderán el envite ante el equipo azulgrana que podía propiciar que el FC Cartagena, dependiendo del resto de resultados de la jornada, acabara la primera vuelta del torneo como ‘farolillo rojo’.
Ante estas circunstancias, el técnico Julián Calero se verá obligado a recomponer prácticamente todas las líneas del equipo. En defensa, y para el lateral derecho, son varias las opciones que se barajan, desde colocar a Tomás Alarcón e incluso a Isak Jansson, como jugador de largo recorrido.
En la medular, Damián Musto, Luis Muñoz y la posible presencia de Mikel Rico, podrían estar en el once inicial, mientras que en la parcela ofensiva Umaro Embaló e Iván Ayllón también tienen opciones de jugar desde el inicio.
Lo cierto es que, según admitía el propio Julián Calero en su comparecencia de este martes ante los medios de comunicación, la alineación del FC Cartagena en Huesca es toda una incógnita a falta de conocer la posible recuperación de Narváez en el último entreno de este miércoles.