9 de diciembre de 2010, 1:00
Vicente Carlos Campillo, el veterano técnico de Santomera, acabó su trabajo en el Cartagena después de siete semanas en la Liga de Segunda B porque abordó el tema públicamente y no le agradaban las posibles interferencias en su trabajo, llámese de brujas, de pitonisas y hasta de respetables psicólogas.
Desaparecieron las digamos pitonisas oficiosas de la historia o de la leyenda, y el dueño del FC Cartagena ha tenido una etapa tranquila en la que no se hablaba acerca de la influencia que pudieran tener sobre él algunas consejeras un tanto especiales. Pero ahora ha surgido en algún medio la posibilidad de que David Buitrago haya sido despedido por recomendación expresa de alguna pitonisa, no precisamente la que estaba vigente en tiempos de Vicente Carlos Campillo al frente de las cuestiones tecnicas del equipo.
Entre veras y bromas, entre rumores sin base, entre un sinfín de comentarios válidos o menos válidos, se ha extendido la especie de que la bruja o pitonisa actual que aconsejaría en los últimos tiempos al dueño del club sería una mujer de nacionalidad cubana.
Nosotros quedamos al margen de este asunto, pero dejamos el apunte como anécdota sin otras intenciones.
Desaparecieron las digamos pitonisas oficiosas de la historia o de la leyenda, y el dueño del FC Cartagena ha tenido una etapa tranquila en la que no se hablaba acerca de la influencia que pudieran tener sobre él algunas consejeras un tanto especiales. Pero ahora ha surgido en algún medio la posibilidad de que David Buitrago haya sido despedido por recomendación expresa de alguna pitonisa, no precisamente la que estaba vigente en tiempos de Vicente Carlos Campillo al frente de las cuestiones tecnicas del equipo.
Entre veras y bromas, entre rumores sin base, entre un sinfín de comentarios válidos o menos válidos, se ha extendido la especie de que la bruja o pitonisa actual que aconsejaría en los últimos tiempos al dueño del club sería una mujer de nacionalidad cubana.
Nosotros quedamos al margen de este asunto, pero dejamos el apunte como anécdota sin otras intenciones.
