Parece que fue ayer pero ya han pasado 25 años. Esta noche, muchos de aquellos jugadores se han citado en un restaurante de Cartagena para recordar viejas vivencias de aquel día y de aquella temporada en la que el uruguayo Voltaire García era el entrenador de aquel equipo que presidía José Luis Belda y Florentino Manzano su secretario técnico, o director deportivo como se llama ahora.
Los Raudona, Alfonso, Queco, Paco Sánchez, Palomeque, Boria, Pedro Cordero, Naixes y compañía dieron aquella tarde una exhibición de fútbol que, aún hoy, los que aquella tarde estuvieron en el Rico Pérez, recuerdan con agrado. El Cartagena necesitaba ganar para acabar segundo, por detrás del Barcelona B y por delante del Manlleu y del Alcoyano mientras el Hércules que dirigía Vicente Carlos Campillo acabaría fracasando con un quinto puesto que le dejaba fuera del playoff.
La tarde mágica que supuso aquel aldabonazo no pudo tener el epílogo de un ascenso que mereció aquel Cartagena por culpa del autogol marcado por el tristemente famoso Pombo en su propio portal. Ya habían pasado varios minutos del tiempo reglamentario cuando el tal Pombo deshizo el 3-3 que daba el asacenso a Segunda a aquel Efesé mientras los jugadores esperaban de rodilla sobre el césped del viejo Arcángel. Fue triste, la verdad, no ponerle la guinda a una temporada maravillosa que mereció mucho más.
Aquella tarde jugaron por el Cartagena Raudona en la portería con Alfonso, Queco, Ángel, Paco Sánchez, Palomeque, Ray, Pedro Cordero, Naixes, Boria y Manolo Requena y los goles los marcarían Boria el 0-1 en el minuto 32 tras un fuerte disparo, el 0-2 lo marcaría Naixes de penalti cometido sobre èl mismo en el minuto 83, cuando los blanquinegros jugaban con un hombre menos por expulsión de Pedro Cordero por doble tarjeta en el minuto 73 y el 0-3 definitivo volvería a ser obra de Boria –padre del hoy jugador del At. Madrid, Saúl Ñiguez- en uno de los mejores partidos, sino el mejor, de toda la carrera deportiva del jugador ilicitano. Hubo 25.000 personas en las gradas de los que unos 2.500 eran seguidores cartageneros, que acabaron apedreados en muchos de aquellos autobuses aparcados en la entonces explanada del Rico Pérez.
Esos jugadores van a verse, muchos de ellos viven fuera de Cartagena a dónde vendrán personalmente como es el caso de Luis Raudona, con quien ya hemos hablado recordando el evento. Raudona está feliz de regresar a la que siempre ha considerado su segunda casa y dónde pasó la amejor etapa de toda su trayectoria futbolística.
Mención especial merece el uruguayo Voltaire García, auténtico artífice de aquel equipazo que reunió todos los méritos para ascender. Genaro Zapata es otro de los que estuvieron entonces y de los que se espera que acuda a recordar viejos tiempos, historias en blanco y negro de las que este 12 de mayo se cumplen los primeros 25 años, las bodas de plata de aquel ‘herculazo’ en toda regla.
