El Sporting siempre ha paseado a gala ser uno de los nueve clubes que forman el minúsculo 'círculo' de los nueve que solamente han jugado en Primera o en Segunda División. Ese ‘grupo' está formado por el Real Madrid, Barça, Athletic, Atlético de Madrid, Valencia, Espanyol, Sevilla, Real Sociedad y Sporting. Los asturianos han jugado más en Segunda que en Primera pero forman parte de ese club tan selecto de los que solo han militado en una de las dos primeras categorías.
Pero eso no quita para que el actual sea, con diferencia, el peor de todos. Nunca había estado tan bajo en la clasificación, puesto 18º que es el que marca la línea de salvación y está solamente a cinco puntos de la Real Sociedad B que es el equipo que le persigue para echarle el lazo y complicarle la vida soberanamente.
En la pasada temporada sin ir más lejos el Sporting ocupaba la cuarta plaza con 56 puntos, en la anterior estaba el 11º con 42 puntos y era 10º en la 19/20 con 46 puntos mientras en la 18/19 era 3º con 55 puntos. Esto es por resumir sus cuatro últimas campañas en la Liga Smartbank desde su último descenso de Primera en la 16/17 tras haber ascendido en la anterior, por detrás del Real Betis (84 puntos) por 82 de los sportinguistas.
Por si era poco su palmarés es brillante: está jalonado de reconocimientos, como lo atestiguan dos copas Stadium en 1979 y 1981. Otras distinciones y logros fueron el Trofeo Amberes (1963), el Trofeo Ibérico (1972), la placa a la Mejor Entidad Deportiva (1978), el Trofeo Juan Antonio Samaranch (1979), la AFE de Oro (1979), la placa al Mérito Deportivo (1981), el primer y sexto trofeos a la Deportividad (1981 y 1986) y, por su espectacularidad, el Trofeo Carranza 1984, además de otros como el Costa Verde y Villa de Gijón.
El Real Sporting de Gijón accedió a jugar la Copa de la UEFA en seis ocasiones. Fue subcampeón de Liga en Primera División la temporada 1979 y subcampeón de la Copa del Rey en 1981 y 1982.
La realidad es que a Cartagena llegaron en octubre como líderes y fue todo perder en el Cartagonova e iniciar una cuesta abajo que todavía no sabemos si se ha detenido o continuará más allá de las profundidades del descenso automático. Sus números lo dicen claro: son el peor Sporting de los últimos años.
