Arcediano Monescillo, colegiado que dirigió el Ponferradina-Cartagena se columpió y a base de bien, en dos momentos que acabaron siendo determinantes para el resultado final del partido.
Hablamos de dos jugadas que fueron casi seguidas. Primero una mano clara como el agua del defensa Amo en su área y el colegiado manchego, no solo no la señala sino que no se produce ninguna indicación del VAR a pesar de que la mano es evidente.En esa misma jugada se origina el que a la postre acabaría siendo el tercer gol de la ‘Ponfe’ que marcaría Enrich y que, sobre la marcha, se convertía en el 3-2 con el que a,bos equipos se retirarían al descanso.
Es decir que, de haberse señalado ese flagrante penalti y de haberse transformado en gol el marcador habría sido de 2-3 para los cartageneristas en vez del 3-2 con el que se marcharían al descanso, todo ello al margen de que la defensa cartagenerista fuese un auténtico coladero hasta el descanso y que Marc Martínez, esta vez, no tuviese su mejor tarde de aciertos.