14 de agosto de 2009, 2:00
El presidente cartagenerista Paco Gómez y el concejal de Deportes de Cartagena, Alonso Gómez, se convirtieron sin querer en dos de los grandes protagonistas de la noche del miércoles, antes y después del partido entre el Cartagena y el Tenerife que tan buen sabor de boca dejó en la parroquia cartagenera, con el 3-1 favorable a los albinegros, que pasó por encima del Tenerife.
El primero, Paco Gómez, fue el gran triunfador mientras el segundo, el responsable municipal de Deportes, acaparó el sentir de una buena parte de la afición, de uñas con el ayuntamiento de Cartagena por el asunto de la negativa de la Fundación Teatro Romano a esponsorizar las camisetas blanquinegras.
Paco Gómez, dicho está en nuestro diario digital, se ha convertido en el nuevo ídolo de la afición cartagenera, que bebe los vientos por lo que dice y hace su presidente. Las pocas palabras que dijo Gómez en los dos o tres minutos (como mucho) que empleó para dirigirse al público fueron respondidas con muchos aplausos. Desde que llegó al estadio Cartagonova no cesó de saludar a aficionados, hablar con algunos, incluso responderle a sus peticiones de fichar cuanto antes al esperado ‘9’. Cuando cogió el micrófono para dirigirse a los aficionados, sin decir una sola palabra, las palmas echaban humo. Y en los momentos en los que abandonaba junto a sus colaboradores el recinto, pasadas las once de la noche, lo hacía también entre los aplausos de muchos de esos seguidores.
Alonso Gómez López fue la otra cara de la moneda. El concejal de Deportes tuvo que aguantar al final del partido todo un chaparrón de críticas y de protestas cuando bajó hasta el terreno de juego, probablemente la mayor que se conoce públicamente desde que ostenta el cargo.
Un buen número de aficionados aprovecharon la presencia del edil sobre el terreno de juego, dónde iba a entregar la ‘Carabela de Plata’ al capitán albinegro Mariano Sánchez, para manifestar su malestar sobre la política municipal respecto a la esponsorización de las camisetas del equipo blanquinegro que, como ya es sabido, siguen a la espera de un patrocinador.
Gómez López tuvo que aguantar estoicamente una sonora pitada y gritos de ‘Alonso vete ya’ como una clara demostración de que el público (o una buena parte del mismo) no comparte la forma de proceder del ayuntamiento por lo que al Cartagena se refiere.
Nos cuentan que el concejal abandonó apresuradamente el recinto del Cartagonova con claras muestras de disgusto ante lo acontecido y sin decir palabra alguna. De hecho Alonso Gómez, en el momento que iba a entregar la Carabela, la cedía al presidente cartagenerista para que éste se la diese a Mariano Sánchez justo en el momento que arreciaban las protestas, un hecho que no pasó desapercibido para nadie. Pudo ser como gentileza y cortesía hacia el máximo dirigente del club (lo más probable) o también como una reacción por las críticas que le llovían en esos instantes desde la tribuna.
Mientras Paco Gómez pasa por sus más altas cotas de popularidad con el concejal de Deportes ocurre todo lo contrario. Los Gómez se tocan, pero por los extremos.
El primero, Paco Gómez, fue el gran triunfador mientras el segundo, el responsable municipal de Deportes, acaparó el sentir de una buena parte de la afición, de uñas con el ayuntamiento de Cartagena por el asunto de la negativa de la Fundación Teatro Romano a esponsorizar las camisetas blanquinegras.
Paco Gómez, dicho está en nuestro diario digital, se ha convertido en el nuevo ídolo de la afición cartagenera, que bebe los vientos por lo que dice y hace su presidente. Las pocas palabras que dijo Gómez en los dos o tres minutos (como mucho) que empleó para dirigirse al público fueron respondidas con muchos aplausos. Desde que llegó al estadio Cartagonova no cesó de saludar a aficionados, hablar con algunos, incluso responderle a sus peticiones de fichar cuanto antes al esperado ‘9’. Cuando cogió el micrófono para dirigirse a los aficionados, sin decir una sola palabra, las palmas echaban humo. Y en los momentos en los que abandonaba junto a sus colaboradores el recinto, pasadas las once de la noche, lo hacía también entre los aplausos de muchos de esos seguidores.
Alonso Gómez López fue la otra cara de la moneda. El concejal de Deportes tuvo que aguantar al final del partido todo un chaparrón de críticas y de protestas cuando bajó hasta el terreno de juego, probablemente la mayor que se conoce públicamente desde que ostenta el cargo.
Un buen número de aficionados aprovecharon la presencia del edil sobre el terreno de juego, dónde iba a entregar la ‘Carabela de Plata’ al capitán albinegro Mariano Sánchez, para manifestar su malestar sobre la política municipal respecto a la esponsorización de las camisetas del equipo blanquinegro que, como ya es sabido, siguen a la espera de un patrocinador.
Gómez López tuvo que aguantar estoicamente una sonora pitada y gritos de ‘Alonso vete ya’ como una clara demostración de que el público (o una buena parte del mismo) no comparte la forma de proceder del ayuntamiento por lo que al Cartagena se refiere.
Nos cuentan que el concejal abandonó apresuradamente el recinto del Cartagonova con claras muestras de disgusto ante lo acontecido y sin decir palabra alguna. De hecho Alonso Gómez, en el momento que iba a entregar la Carabela, la cedía al presidente cartagenerista para que éste se la diese a Mariano Sánchez justo en el momento que arreciaban las protestas, un hecho que no pasó desapercibido para nadie. Pudo ser como gentileza y cortesía hacia el máximo dirigente del club (lo más probable) o también como una reacción por las críticas que le llovían en esos instantes desde la tribuna.
Mientras Paco Gómez pasa por sus más altas cotas de popularidad con el concejal de Deportes ocurre todo lo contrario. Los Gómez se tocan, pero por los extremos.
