7 de marzo de 2014, 2:14
El paso de Paco Gómez por el FC Cartagena está llegando a su fin. El tercer presidente o dueño del club en sus 18 años de historia se irá como llegó, es decir por la puerta de atrás. Aún se recuerda aquel autobús que, casi a hurtadillas, partía de noche (a las seis de la madrugada) rumbo a una concentración casi secreta en un pueblo de Palencia y en el que apenas viajaban 12 futbolistas mientras iba parando por algunos pueblos de la Vega Baja recogiendo a jugadores. Nadie podía hablar ni decir a donde iban. Algunos se subieron a ese autobús sin conocer a dónde viajaban. Así empezó, así ha seguido y así se va Paco Gómez en el Cartagena.
Su estancia de más de 10 años en la ciudad trimilenaria será recordada, porque no cabe más remedio. Pero en la balanza el fracaso es estrepitoso para este empresario de Orihuela del que se decía que amasaba el dinero en su casa de Jacarilla y que nunca supo ganarse a una afición que, a poco que la hubiese cuidado, lo habría venerado.
{sumario:Llegó a Cartagena buscando negocio pero sus proyectos nunca vieron la luz:sumario}Paco Gómez vino a Cartagena con la esperanza de hacer negocio, dar uno de aquellos ‘pelotazos’ urbanísticos que le emparentaron casi con el Tío Gilito, aquel simpático personaje de Disney que se daba baños de dólares en su gigantesca caja fuerte. Pero nada más lejos de la realidad. No pudo, no supo o no le dejaron. Y eso a pesar de abonar 35 millones de euros por aquellos terrenos de Peñarroya que nadie quería. Hoy día ahí siguen, muertos de risa.
Como la Ciudad Deportiva. Aquella que decía que construiría y cuyos planos tienen que estar muriéndose de risa en alguno de los cajones de sus arquitectos o empleados. También dijo que llevaría al Cartagena a Primera División y luego a Europa. El ascenso lo tuvo a tiro de piedra pero faltó decisión en momentos claves y eso él lo sabe aunque no lo reconozca nunca.
Su gran éxito fue el ascenso en Alcoy y llegó de chiripa. El primer año fue un éxito rotundo que casi acaba en ascenso. En el segundo se logró una posición (puesto 13) que acabaría con la marcha de Juan Ignacio, que no acabó entendiéndose con él. Y del tercer año para qué hablar. Los Manu Reina, Juanma Barrero, Abraham Paz, Kijera, Iván Bolado, Collantes, Cléber y compañía, fichados por Ángel Quirantes, llevaron de cabeza al equipo hasta el pozo en el que sigue mientras él se perdía en decir tonterías y en denunciar cuestiones que nunca pudo demostrar.
Pagar ha pagado. Eso es verdad. Y en algunos casos auténticos disparates para nada. Acordaros de aquellas suculentas ‘primas’ de 12.000 euros que soltaba a la plantilla por ganar en la temporada 2005/06, cuando quedaron campeones con Juan Ignacio en Segunda B. Luego llegó el Vecindario y no sirvió para nada. Como tampoco valían Alcoy, Nicolás Palmis o Paco López como gerentes o los Pep Balaguer, Campillo, José Luis Montes, Fabri González, Pato, Pacheta o Campos, y cito sólo algunos de los numerosos entrenadores que se fulminó por distintos motivos.
Parece mentira que con todo lo que ha hecho bien por el Cartagena, que también lo ha hecho, al final tenga que abandonar un proyecto que le llegó de soslayo casi de puntillas y sin dar ni una sola explicación en los últimos meses. El 'Paco vete ya' que escuchó tras la vergüenza que muchos pasamos con el Caudal no lo ha perdonado, no señor.
El caso es ese, que ‘El Paloma’ se marcha como llegó, sin decir ni pío pero dejando un poso amargo cuando lo tuvo todo en su mano para haber entrado por la puerta grande en la historia. En la del club y en la de la propia ciudad. Su prepotencia le jugó malas pasadas, tantas que pese a su esfuerzo innegable hará que Paco Gómez se marche para siempre de Cartagena de puntillas y por la puerta falsa.
