viernes. 26.04.2024
No hay más explicaciones que los precios, demasiado altos en algunos casos y que la inmensa mayoría de los aficionados lo estén dejando para el final. Pero ojo, desde la parcela deportiva del club flaco favor se está haciendo. No hay fichajes mediáticos y eso también se paga. Estamos con la pescadilla que se muerde la cola. Dicho esto queremos dejar claro, más que claro, que entendemos al presidente Paco Gómez y que si él es capaz de hacer el esfuerzo económico que ha venido haciendo durante años la afición, ahora más que nunca, debe de estar a su lado y junto al equipo. Los fichajes van a llegar y al final tiene que prevalecer el sentido co´mún y el cartagenerismo, l mismo que ha tenido impregnada a la ciudad hasta hace cuatro días.

Por eso, poco más de 250 abonos renovados es una cifra que no cuadra, ni poco ni mucho, con lo que se esperaba. Ni el peor de los pesimistas habría sospechado un pinchazo de tal calibre, al menos en los dos primeros días. Quedan 13 días de trabajo real –tres de esta semana, cinco de la que viene y otros cinco de la siguiente- en la que cabe esperar mucho para que muchos, también, se pongan las pilas. Dependiendo de los abonados que hayan renovado su carnet el 29 de julio habrá que decir unas cosas u otras.

Pero estamos en lo de otras veces, la pescadilla que se muerde la cola. Si no hay abonados no hay fichajes y si no hay fichajes no hay abonados. Sin abonos y sin fichajes no hay equipo. Y si no hay equipo ¿creéis que Paco Gómez va a soltar antes del 15 de agosto siete millones de euros –más de mil doscientos millones de las antiguas pesetas- así como así?

Aquí nos estamos quejando del asunto precios, de los abonos caros, incluso de lo mal que lo está haciendo Paco Gómez en estos albores de la nueva temporada desde que el viernes se le fue la olla al empresario de Jacarilla cuando arremetió contra los jugadores que, según él, se vendieron. Se equivocó. No estuvo bien. Leña al mono. Sin pruebas pero leña al mono. Aquí hemos dicho todo lo que nos ha parecido mal, sencillamente porque saltaba a la vista, porque no nos ha parecido bien. Ni a nosotros ni a una gran parte de la afición. Tanto ha sido el asunto que algunos nos han preguntado por qué hemos criticado. Y no es así. Sólo hemos contado lo que pasaba, el malestar general, sólo eso porque seguimos siendo los mismos.

Ahora bien, una vez pasado el enfado creemos que hay que reaccionar, que tiene que ser una reacción general, que hay que ponerse las pilas. Pero pilas para todos empezando por el director deportivo que tan callado está que confunde a algunos mientras otros pescan en río revuelto. Y el club está funcionando mal en ese sentido. Sin embargo, del mismo modo que comprendemos que hay gente que no pueda hacer el esfuerzoeconómico que desde el club se pide no entendemos a aquellos que critican por criticar y que dejan de apoyar al club argumentando tan sólo que 'esto es un robo'. Queremos fútbol del bueno pero hay quien no está dispuesto a rascarse el bolsillo.

Dicho lo dicho ahora toca reaccionar, no dejar que pase más tiempo, esbozar una sonrisa y tratar de rectificar. Nosotros, como siempre hemos hecho, queremos ser de los primeros en decir aquí estamos cueste más o cueste menos. Pero el club también deberá de tener un gesto con su política de precios (el Hércules lo ha hecho reculando para bajar sus nuevos precios, interviniendo hasta la propia alcaldesa de Alicante) y dando buenos fichajes a sus seguidores y estos deberían de transformar ese pesimismo que flota en el ambiente por la ilusión que ha convivido con la afición durante diez largos meses. Rectificar es de sabios, un gesto del presidente sería suficiente, especialmente para las señoras, los niños y los pensionistas. Para mantener unida a la familia, así de fácil.

Ahora sólo falta saber quién le pone el cascabel al gato, quién rompe este círculo vicioso y quién está dispuesto de verdad a separar a esa pescadilla que se muerde la cola. Con nosotros que cuenten para apoyar, pero también para informar y para seguir viviendo un sueño que sigue siendo de todos. Pero con 256 abonos renovados en dos días no llegaremos a ninguna parte. A tiempo estamos.

A la afición habrá que pedirle que recupere la ilusión que tenía hasta hace un mes. Habría que preguntarse en qué rincón se han quedado aquellos eslóganes como fe más ilusión igual a Primera División o ‘Podemos’. Si el equipo funcionó tan bien la pasada campaña fue porque afición, presidente y futbolistas fueron una piña. Sería del género tonto dejar que ahora se pierda todo eso. Sólo se trata de pedirle a la gente que apoye en la medida de lo posible, estamos en el fútbol profesional y sin dinero, lamentablemente, no vamos a ninguna parte. Tampoco se puede pedir que lo ponga todo una misma persona. No nos creemos que desaparezcan de un plumazo ocho mil doscientos ilusionados aficionados. Seguro que no. Seguro que, al final, van a ser, tienen que ser miles. Ése tiene que ser el camino. Aunque nos cueste y todos tengamos que hacer un esfuerzo. Con nuestros abonos que cuenten.

La pescadilla que se muerde la cola
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