23 de enero de 2013, 10:21
Tras 700 kilómetros y previa parada en Sevilla para realizar un entrenamiento, el Cartagena se concentró en Isla Cristina para velar armas para el encuentro de esta tarde de octavos de final en la Copa RFEF. Un partido que, a priori, tiene poca emoción por la renta que ya lleva el conjunto albinegro de la ida: un 4-0 que desquició al entrenador visitante Manolo Zúñiga.
Es por ello que para el Cartagena supondrá un ensayo para darle minutos a los menos habituales y conocer como están los futbolistas recuperados de sus últimas lesiones. En especial, Campins y Hugo Álvarez. Será importante saber si el central se encuentra en óptimas condiciones para que vuelva a hacer pareja con Rueda el próximo domingo, aunque Mariano se ha acoplado bien a esa demarcación.
Por otra parte, la novedad en la convocatoria fue Antonio Navarro. El ex del Orihuela se iba a quedar en casa descansando, ya que su lugar en el once lo ocuparía el canterano Dani Ruiz. Pacheta quería saber si su rendimiento en el lateral izquierdo sería igual de bueno que el que tuvo en el derecho en el encuentro de ida. Sin embargo, Ruiz fue expulsado por doble amarilla el domingo, y el club no se la ha querido jugar federativamente hablando, por lo que al final se ha quedado en casa.
Otro de los puntos de interés será el asunto de la portería. A priori, este es un encuentro para Carlos Molina. Una prueba de nivel para saber si puede ser el segundo portero del Cartagena en esta segunda vuelta, toda vez que Juanma - que está con el resto de la expedición en Huelva - se marchará a Ponferrada mañana jueves o el viernes a lo sumo.
Y desde el San Roque también se toman el envite de manera muy relajada. Sabedores de que la ventaja de la ida es difícilmente remontable, están más inmersos en sus problemas de bajas y altas debido a turbulencias económicas. Hasta seis futbolistas han abandonado la entidad en los últimos días, y desde ese momento la directiva se ha tenido que mover para suplir esas bajas con otras tantas altas.
En definitiva, un partido en el que cubrir el expediente, 700 kilómetros después. Seguramente el mayor peligro de esta competición no está en que te eliminen, sino en que en la próxima ronda te pueda tocar un Tenerife B, por ejemplo.
