4 de febrero de 2010, 1:00
Es un padre de dos niñas y de un niño. Futbolista profesional muchos años con presencia en el Real Madrid, Tenerife, Villarreal y Valladolid en dos etapas. El techo de los traspasos de jugadores en España, en su día, cuando el Villarreal pagó por él al Valladolid la friolera de 1.500 millones de pesetas (9 millones de euros). Treintañero con IVA aparte, Víctor Fernández, lleva bien lo suyo. Dicen que la edad no perdona, pero a él sí le viene perdonando como futbolista con cuerda para rato. Resiste Víctor en el campo, que es donde hay que hablar y decir las verdades.
“El día que yo entienda que no me encuentro bien físicamente, lo dejaré. En estos momentos estoy muy bien. Tuve un descanso en la Liga y me vino de maravilla”.
De escopetazo, ¿se va a subir a Primera? Es la pregunta del millón.
“Yo creo que sí, que se puede subir, claro que sí. Tenemos más equipo de lo que parece. Mucho más equipo de lo que bastante gente cree”.
Y además, reforzado ahora, con cinco nuevos en la plantilla. ¿Qué va a pasar?
“Son bien recibidos los nuevos compañeros. Aunque, claro, tendrán que ganarse el puesto. El equipo funciona bien. Vamos terceros”.
O sea, no van a llegar para, de golpe, quitarle el puesto a cada uno, ¿no?
“Hombre, no creo”.
UN VALLADOLID-CARTAGENA EL AÑO QUE VIENE
¿Te imaginas, Víctor, el año que viene un partido Valladolid-Cartagena?
“Pero, ¿en Primera o en Segunda..? (sonríe picarón).
En Primera, claro...
“Ojalá. Porque el Valladolid está ahora así, así. Pero yo confío en Onésimo, que es un fenómeno; lo va a sacar adelante. He estado hablando con él por teléfono y sé que va a triunfar. Tiene todas las condiciones para salir adelante. Habla mucho con el jugador y es un gran tipo”.
Paseando, paseando los comandos informativos de SPORTCARTAGENA acompañan a Víctor padre y al nene a la Escuela de Fútbol de Santa Ana. Allí están entrenando decenas y decenas de chavalines. Nos espera Isidoro García, a cargo de un grupo de benjamines. Todos conocen al futbolista invitado. A los pocos segundos el dorsal 21 del Cartagena (“siempre he llevado ese número”, confiesa) es rodeado por alumnos que le piden autógrafos. Víctor firma en trozos de papel cogidos de la oficina y hasta rubrica con rotulador o boli en los brazos de los peques. Se deja fotografiar con los chavales: Óscar, con Antonio, sobrino de Cris Bustillo, el portero Jorge, Pedro, Javier, Álvaro , Miguel, David, Aitor y con otros niños admiradores como Josemi. Hay un pequeño revuelo en la EF Santa Ana…
El chiquillo, Victorcillo (2 añitos), sigue pegándole a la pelota. No para. El padre habla con Saura y Javi Sánchez, que colaboran como enseñantes, y se interesa por la posibilidad de comenzar a ejercer allí de monitor. También podría tener la opción de entrenar a un Preferente.
EL BANQUILLO DE ENTRENADOR COMO OBJETIVO
“Quiero ser entrenador. Ya tengo el regional y el nacional quiero hacerlo en Madrid. Tengo que empezar con los niños”.
No descarta aprender y ayudar en la Escuela más cercana a su domicilio santanero, en el que una joven ‘tata’ ayuda a la familia. Una familia feliz que tiene residencia de descanso en Benicassin (Castellón) y su corazón en Valladolid, donde mejor fue tratado y de donde salió llorando en una rueda de prensa de despedida.
¿Eres madridista, Víctor?
“Soy blanco, pero mi equipo es el Valladolid”.
¿Tienes la renovación hecha en el FC Cartagena? ¿Te lo estás currando?
“Quiero seguir. Por contrato, si juego 20 partidos (queda poco ya) y el equipo se mantiene en Segunda, renuevo por un año” .
A Víctor, hombre sencillo, le encanta la fotografía.Tiene una buena maquina.
“Es mi afición, además con el cine, pero especialmente la fotografía es mi gran afición. Habría querido estudiar, hacer algún curso pero todavía no lo he hecho”.
¿Por qué Víctor, en el campo de juego suele, levantar los brazos y aplaudir a la grada? ¿Pides el aplauso de la afición o es que se lo envías tú a la grada?
“Mi intención es precisamente doble. Aplaudir yo y pedir el aplauso para el equipo”.
¿Qué secretos tienes como lanzador de penaltis? No fallas uno, chico…
“Tengo un sistema. Cuando voy a lanzar el penalti nunca miro el balón. Le doy cuando capto el sentido, la iniciativa del portero y ahí le llevo la contraria. Tengo que captar esa acción del portero y resolver en décimas de segundo. Debo estar para ello muy seguro de mí mismo y muy frío”.
Ya sabes lo que es subir a Primera, Víctor...
“Sí; dos veces ascendí con el Valladolid. En la última ocasión en la tercera campaña. Conseguimos 88 puntos. Las dos anteriores temporadas fueron malas para el equipo, en un de ellas si nos descuidamos bajamos a Segunda B. Iba poco público al fútbol”.
Aquí, en Cartagena, ha surgido la Efesemanía. ¿Qué nos dices?
“Que es verdad ese fenómeno, La gente me para por la calle, me habla y me da las gracias por lo que hacemos por el Cartagena. Hay una ilusión increíble. No he visto nada igual. Se ve que ha sido una afición muy decepcionada que ahora ha resurgido. Estamos muy identificados con la afición. Le podemos dar una gran alegría. Creo que lo podemos conseguir; tenemos más equipo de lo que parece”.
Está casado con una vallisoletana, de Alaejos, a la que por paradoja no parece gustarle excesivamente el fútbol.
UN SOBRENOMBRE PARA UN BUEN PROFESIONAL
¿Cómo te llaman en el fútbol?
“Me conocen, los compañeros y bastante gente, por Elchingorri”.
¡No me digas, Víctor!
“Dicen que me parezco a Elchingorri Valverde. Como soy pequeñito…
¿Eres extremeño de pura cepa?
“Nací en Extremadura, pero a los cuatro meses me llevaron a Leganés. Siempre había vivido en Leganés hasta que he tenido que salir profesionalmente. El año pasado llegué a estar muy pendiente de aquella pugna Leganés-Cartagena. Yo soy del ‘Lega’ y ahora mira, me alegro mucho en dónde estoy”.
¿Qué equipos te quisieron antes de firmar en Cartagena?
“Estuve a punto de firmar en el Rayo. Y de Primera tuve el Xerez, pero pensé que existía el riesgo de que se podía bajar enseguida a Segunda. Me interesó el Cartagena y aquí estoy. Muy contento”.
“El día que yo entienda que no me encuentro bien físicamente, lo dejaré. En estos momentos estoy muy bien. Tuve un descanso en la Liga y me vino de maravilla”.
De escopetazo, ¿se va a subir a Primera? Es la pregunta del millón.
“Yo creo que sí, que se puede subir, claro que sí. Tenemos más equipo de lo que parece. Mucho más equipo de lo que bastante gente cree”.
Y además, reforzado ahora, con cinco nuevos en la plantilla. ¿Qué va a pasar?
“Son bien recibidos los nuevos compañeros. Aunque, claro, tendrán que ganarse el puesto. El equipo funciona bien. Vamos terceros”.
O sea, no van a llegar para, de golpe, quitarle el puesto a cada uno, ¿no?
“Hombre, no creo”.
UN VALLADOLID-CARTAGENA EL AÑO QUE VIENE
¿Te imaginas, Víctor, el año que viene un partido Valladolid-Cartagena?
“Pero, ¿en Primera o en Segunda..? (sonríe picarón).
En Primera, claro...
“Ojalá. Porque el Valladolid está ahora así, así. Pero yo confío en Onésimo, que es un fenómeno; lo va a sacar adelante. He estado hablando con él por teléfono y sé que va a triunfar. Tiene todas las condiciones para salir adelante. Habla mucho con el jugador y es un gran tipo”.
Paseando, paseando los comandos informativos de SPORTCARTAGENA acompañan a Víctor padre y al nene a la Escuela de Fútbol de Santa Ana. Allí están entrenando decenas y decenas de chavalines. Nos espera Isidoro García, a cargo de un grupo de benjamines. Todos conocen al futbolista invitado. A los pocos segundos el dorsal 21 del Cartagena (“siempre he llevado ese número”, confiesa) es rodeado por alumnos que le piden autógrafos. Víctor firma en trozos de papel cogidos de la oficina y hasta rubrica con rotulador o boli en los brazos de los peques. Se deja fotografiar con los chavales: Óscar, con Antonio, sobrino de Cris Bustillo, el portero Jorge, Pedro, Javier, Álvaro , Miguel, David, Aitor y con otros niños admiradores como Josemi. Hay un pequeño revuelo en la EF Santa Ana…
El chiquillo, Victorcillo (2 añitos), sigue pegándole a la pelota. No para. El padre habla con Saura y Javi Sánchez, que colaboran como enseñantes, y se interesa por la posibilidad de comenzar a ejercer allí de monitor. También podría tener la opción de entrenar a un Preferente.
EL BANQUILLO DE ENTRENADOR COMO OBJETIVO
“Quiero ser entrenador. Ya tengo el regional y el nacional quiero hacerlo en Madrid. Tengo que empezar con los niños”.
No descarta aprender y ayudar en la Escuela más cercana a su domicilio santanero, en el que una joven ‘tata’ ayuda a la familia. Una familia feliz que tiene residencia de descanso en Benicassin (Castellón) y su corazón en Valladolid, donde mejor fue tratado y de donde salió llorando en una rueda de prensa de despedida.
¿Eres madridista, Víctor?
“Soy blanco, pero mi equipo es el Valladolid”.
¿Tienes la renovación hecha en el FC Cartagena? ¿Te lo estás currando?
“Quiero seguir. Por contrato, si juego 20 partidos (queda poco ya) y el equipo se mantiene en Segunda, renuevo por un año” .
A Víctor, hombre sencillo, le encanta la fotografía.Tiene una buena maquina.
“Es mi afición, además con el cine, pero especialmente la fotografía es mi gran afición. Habría querido estudiar, hacer algún curso pero todavía no lo he hecho”.
¿Por qué Víctor, en el campo de juego suele, levantar los brazos y aplaudir a la grada? ¿Pides el aplauso de la afición o es que se lo envías tú a la grada?
“Mi intención es precisamente doble. Aplaudir yo y pedir el aplauso para el equipo”.
¿Qué secretos tienes como lanzador de penaltis? No fallas uno, chico…
“Tengo un sistema. Cuando voy a lanzar el penalti nunca miro el balón. Le doy cuando capto el sentido, la iniciativa del portero y ahí le llevo la contraria. Tengo que captar esa acción del portero y resolver en décimas de segundo. Debo estar para ello muy seguro de mí mismo y muy frío”.
Ya sabes lo que es subir a Primera, Víctor...
“Sí; dos veces ascendí con el Valladolid. En la última ocasión en la tercera campaña. Conseguimos 88 puntos. Las dos anteriores temporadas fueron malas para el equipo, en un de ellas si nos descuidamos bajamos a Segunda B. Iba poco público al fútbol”.
Aquí, en Cartagena, ha surgido la Efesemanía. ¿Qué nos dices?
“Que es verdad ese fenómeno, La gente me para por la calle, me habla y me da las gracias por lo que hacemos por el Cartagena. Hay una ilusión increíble. No he visto nada igual. Se ve que ha sido una afición muy decepcionada que ahora ha resurgido. Estamos muy identificados con la afición. Le podemos dar una gran alegría. Creo que lo podemos conseguir; tenemos más equipo de lo que parece”.
Está casado con una vallisoletana, de Alaejos, a la que por paradoja no parece gustarle excesivamente el fútbol.
UN SOBRENOMBRE PARA UN BUEN PROFESIONAL
¿Cómo te llaman en el fútbol?
“Me conocen, los compañeros y bastante gente, por Elchingorri”.
¡No me digas, Víctor!
“Dicen que me parezco a Elchingorri Valverde. Como soy pequeñito…
¿Eres extremeño de pura cepa?
“Nací en Extremadura, pero a los cuatro meses me llevaron a Leganés. Siempre había vivido en Leganés hasta que he tenido que salir profesionalmente. El año pasado llegué a estar muy pendiente de aquella pugna Leganés-Cartagena. Yo soy del ‘Lega’ y ahora mira, me alegro mucho en dónde estoy”.
¿Qué equipos te quisieron antes de firmar en Cartagena?
“Estuve a punto de firmar en el Rayo. Y de Primera tuve el Xerez, pero pensé que existía el riesgo de que se podía bajar enseguida a Segunda. Me interesó el Cartagena y aquí estoy. Muy contento”.
