lunes. 29.04.2024
Latarde fue redonda porque los resultados de otros campos también jugaron a favor. Ya en los primeros minutos se veía que el Cartagena quería y que, seguramente, podría. El Huesca, lejos de ser un Bayer Munich de sus buenos tiempos, hacía lo que podía mientras en la grada no fakltaba la preocupación y el temor a un nuevo tropiezo.

Pronto se vio que todo sería distinto. La llegada del primer gol de Dimas fue muy celebrada. No en balde desde que Collantes le marcó al Elche en el primer tiempo el ya lejano 13 de noviembre no habían cantado un gol, un misero gol. Y la vezanterior fue ante el Murcia el 30 de octubre, demasiado lejos en el tiempo. Y si nos remontasemos mñas en el tiempo habría que irse hasta el 2 de octubre, día en el que Toni Moral adelataba al cartagena con apenas ocho minutos. Tres goles raquíticos y mal contados en los últimos cuatro meses de este maldito 2011. Como para echarse a temblar.

Por eso, cuandio Dimas hizo el primero el estallido de júbilo fue absoluto. Y no hablemos ya de Salva Chamorro, el tanto que significaba un poco el de la tranquilidad, el 2-0 que acabaría siendo el definitivo y que venía a poner un poco de justicia porque, si hubo un conjunto que mereciese goles ése fue el Cartagena.

La afición no se lo creía. Lo pasó en grande. Acabó coreando el tradicional 'Efesé, Efesé' y el merecido aplauso a sus jugadores. Adiós al 'farolillo rojo' ¿Seguirá esta actitud en Villarreal? Hay que pensar que sí. Por ese camino la salvación será posible.

La afición cartagenera disfrutó como nunca lo había hecho con el juego de su equipo
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