19 de marzo de 2012, 12:34
Si hay que morir matando, que se haga. Y si hay que luchar hasta el último segundo pero doblar la rodilla con honor, que se haga también. Pero siempre con honor. Eso es lo que piensa Carlos Ríos, el entrenador del Cartagena, cuestionado por algunos que, incluso, ponen en duda si estará sentado este sábado en el banquillo ante el Girona.
El técnico capeó el temporal tras el partido, especialmente en la sala de prensa aunque también en el vestuario. No da el más mínimo síntoma ni de flaqueza ni tampoco de debilidad. Dice que él está para lo que el club disponga pero no le asusta nada y eso está muy bien. Más vale así.
La realidad es que Paco Gómez no ha respirado y que mantiene una prudencia casi sorprendente en momentos como estos que atraviesa el Cartagena, al que se le ha puesto la permanencia más que complicada. Pero nadie pone la mano en el fuego por el tándem de gaditanos
El dueño del club es el primero que puede salir en cualquier momento con alguna decisión aunque dos de sus más directos colaboradores, Paco López –director general- y Pedro Reverte –director deportivo- han tratado de convencerle en las últimas horas que sería inútil un nuevo cambio de entrenador.
Ríos, entre tanto, tuvo la posibilidad de marcharse durante unas horas a su casa de Sanlúcar de Barrameda el mismo domingo tras el entrenamiento matinal en el Cartagonova pero prefirió quedarse en su domicilio cartagenero y poner las ideas en orden. Durante ese trabajo dominical ya habló seriamente con sus futbolistas, especialmente con alguno de los que peor lo hicieron. Regresa este miércoles suponemos que con las pilas cargadas aunque es consciente, tiene que serlo a la fuerza, que la situación se ha puesto de lo más complicada.
Ya son muchos los que quisieran ver al gaditano Ríos fuera del Cartagena sencillamente porque no ha sabido, o no ha podido, poner a flote al conjunto cartagenerista después de tres meses al frente del equipo.
Al técnico gaditano se le achacan muchas cosas pero nadie podrá negar su dedicación, su profesionalidad y las horas que le dedica a un equipo cuyo principal problema lo tiene en muchos de los futbolistas fichados este verano que no rinden como debieran, que han sido un auténtico fiasco.
Para este sábado ante el Girona parece cantado que CR, si sigue en el banquillo, hará de nuevo cambios en un once inicial que no acaba de encontrar, algo lógico si tenemos en cuenta la pésima campaña de este Cartagena al que muchos ya le tienen condenado al descenso de categoría. Resultados cantan.
Pero Carlos RÍos es el primero que se resiste y el primero que sigue pensando en el milagro de la salvación. La única realidad es que la inmensa mayoría de los futbolistas fichados han supuesto un auténtico fiasco y, ahora, el milagro de salvarse pasa exclusivamente por la actitud con la que quieran afrontar esta dramática situación. Los mensajes se acaban.
El técnico capeó el temporal tras el partido, especialmente en la sala de prensa aunque también en el vestuario. No da el más mínimo síntoma ni de flaqueza ni tampoco de debilidad. Dice que él está para lo que el club disponga pero no le asusta nada y eso está muy bien. Más vale así.
La realidad es que Paco Gómez no ha respirado y que mantiene una prudencia casi sorprendente en momentos como estos que atraviesa el Cartagena, al que se le ha puesto la permanencia más que complicada. Pero nadie pone la mano en el fuego por el tándem de gaditanos
El dueño del club es el primero que puede salir en cualquier momento con alguna decisión aunque dos de sus más directos colaboradores, Paco López –director general- y Pedro Reverte –director deportivo- han tratado de convencerle en las últimas horas que sería inútil un nuevo cambio de entrenador.
Ríos, entre tanto, tuvo la posibilidad de marcharse durante unas horas a su casa de Sanlúcar de Barrameda el mismo domingo tras el entrenamiento matinal en el Cartagonova pero prefirió quedarse en su domicilio cartagenero y poner las ideas en orden. Durante ese trabajo dominical ya habló seriamente con sus futbolistas, especialmente con alguno de los que peor lo hicieron. Regresa este miércoles suponemos que con las pilas cargadas aunque es consciente, tiene que serlo a la fuerza, que la situación se ha puesto de lo más complicada.
Ya son muchos los que quisieran ver al gaditano Ríos fuera del Cartagena sencillamente porque no ha sabido, o no ha podido, poner a flote al conjunto cartagenerista después de tres meses al frente del equipo.
Al técnico gaditano se le achacan muchas cosas pero nadie podrá negar su dedicación, su profesionalidad y las horas que le dedica a un equipo cuyo principal problema lo tiene en muchos de los futbolistas fichados este verano que no rinden como debieran, que han sido un auténtico fiasco.
Para este sábado ante el Girona parece cantado que CR, si sigue en el banquillo, hará de nuevo cambios en un once inicial que no acaba de encontrar, algo lógico si tenemos en cuenta la pésima campaña de este Cartagena al que muchos ya le tienen condenado al descenso de categoría. Resultados cantan.
Pero Carlos RÍos es el primero que se resiste y el primero que sigue pensando en el milagro de la salvación. La única realidad es que la inmensa mayoría de los futbolistas fichados han supuesto un auténtico fiasco y, ahora, el milagro de salvarse pasa exclusivamente por la actitud con la que quieran afrontar esta dramática situación. Los mensajes se acaban.
