Por ese motivo, cabe reconocer el trabajo que han hecho equipos como el FC Cartagena, que subieron de la tercera categoría del fútbol español hace año y medio. Lo difícil no es llegar, sino mantenerse, y los cartageneros demostraron en su primer año en la categoría de plata que quieren consolidarse en la élite. Eso sí, en el curso 2020-21 quedaron decimosextos clasificados solo tres puntos por encima del descenso. Sufriendo hasta las últimas jornadas.
Esta temporada, pese a un inicio irregular, el equipo de Luis Miguel Carrión se ha instalado en medio de la tabla, más cerca de las posiciones de play-off que de la zona roja. Ahora cuenta con una plantilla más extensa, con el refuerzo de varios veteranos de la categoría y con la experiencia de saber lo que es competir en Segunda División.
La importancia de los veteranos
La plantilla albinegra mezcla jóvenes con gran ambición con jugadores experimentados que han llegado a consolidarse en Primera División. Por citar dos ejemplos incorporados este verano: Antonio Luna, ex del Éibar y del Levante, y Shinji Okazaki, campeón de la Premier League con el Leicester City. Por problemas con las lesiones, a ambos les está costando coger el ritmo de competición.
De momento, uno de los que no están fallando es el jugador franquicia: Rubén Castro. Pese a sus 40 años, el canario sigue siendo uno de los arietes que según los pronósticos deportivos debería luchar por el pichichi de Segunda División. Hasta el momento, ha conseguido nueve goles y todo hace pensar que superará los 19 firmados la temporada pasada, en la que se quedó a cuatro de Raúl de Tomás, quien terminó como máximo goleador.
También es de especial mención la aportación de Álex Gallar esta temporada, en la que está recordando al jugador que fue en su día en el Huesca. El centrocampista catalán vuelve a sentirse protagonista, dando asistencias, y sus conexiones con los arietes son claves para mantener unos buenos registros goleadores que permitan soñar con las primeras posiciones.
En la plantilla, aparte de los veteranos, encontramos a jugadores jóvenes, pero con recorrido, que han dado un paso adelante y que pueden ser importantes en la categoría. Julián Javier Delmás, de 26 años, es un imprescindible en el carril derecho; mientras que Yann Bodiger, de 26, también lo es, y Berto Cayarga, de 25, en posiciones más avanzadas.
Uno de los motivos para soñar del Cartagena pasa por el filial. En el B, está brillando Josema Vivancos, que en alguna ocasión ya ha sido llamado para el primer equipo. Al ariete de 22 años se le caen los goles de los bolsillos como popularmente se dice: en los primeros 11 partidos de la presente temporada en Tercera RFEF ya suma 12 tantos.
Quien ya se ha está consolidando en la primera plantilla es Alejandro Domingo, más conocido como Neskes. El joven zurdo de 19 años combina sus presencias en Segunda División con el segundo equipo, pero poco a poco está cogiendo cada vez más protagonismo e incluso saliendo, como contra el Leganés (1-1), desde el inicio. Talento en estado puro.
Reducir los problemas defensivos
La lesión de Antonio Luna o la pobre aportación hasta el momento de Pedro Alcalá han puesto en evidencia los problemas defensivos del Efesé. De los diez primeros clasificados, donde se encuentra el equipo murciano, es el que más goles ha recibido, aunque también es uno de los que más goles a su favor han firmado. En los primeros 15 partidos, 22 tantos encajados y 21 marcados. “Es una de nuestras asignaturas pendientes”, declaró recientemente el míster.
Es evidente que el agujero en defensa se debe tapar cuanto antes si el Cartagena quiere soñar esta temporada con hacer algo grande. Pese al buen momento del arquero Marc Martínez, no puede aguantarlo todo él solo. Existe una latente falta de atención y contundencia en la zaga. En las tres últimas jornadas han encajado gol y así se complica el hecho de arañar puntos jornada tras jornada.
Tampoco han ayudado las decisiones arbitrales, muy cuestionadas por parte de la plantilla albinegra. El VAR no ha entrado en todas las ocasiones que hubiera sido necesario y, en numerosas ocasiones, cuando lo ha hecho ha perjudicado directamente al conjunto de Luis Miguel Carrión. Por ejemplo, en el polémico empate a uno en Butarque con un gol de Okazaki que parecía legal.
El papel del Cartagonova
Tanto jugadores como el cuerpo técnico llevan insistiendo desde el inicio de temporada en que se necesita el apoyo de la afición para seguir en Segunda División. Pese a tener un estadio, el mítico Cartagonova, con capacidad para 15.000 aficionados; este curso lleva una media de espectadores de 6.000 espectadores por partido.
Por ese motivo, el club ha impulsado campañas de promoción y de publicidad para que los albinegros se sientan atraídos y apoyen incondicionalmente al equipo. Después de un periodo sin poder disfrutar del fútbol en vivo y en directo, se presenta la ocasión única de ver al FC Cartagena en Segunda División, algo que hacía varios años que no sucedía.
Y no será porque el equipo no esté intentando convencer a la afición mediante los buenos resultados. En los primeros ocho partidos disputados como local, los cartageneros han firmado seis victorias, algunas de nivel como contra el Real Sporting o el UD Ibiza, y solamente dos derrotas. Todavía no han empatado, el único equipo de la categoría en no hacerlo como anfitrión: sinónimo de espectáculo.
El equipo de Luis Miguel Carrión sigue buscando una cierta estabilidad para sellar cuanto antes la permanencia en Segunda División. Pese a las lesiones, la plantilla sigue estando bien equilibrada y el foco está puesto en los errores y la falta de contundencia defensiva. Una vez se minimicen estos errores, junto al buen rendimiento ofrecido en el Cartagonova, todo hace pensar que mejorarán los números del curso pasado en el regreso a la categoría de plata del fútbol español.
