miércoles. 01.05.2024
Qué lejos estábamos todos los presentes en el Cartagonova de sospechar lo que vendría tras ese brillante 4-1 del Cartagena al descanso. Pero ocurrió. El colegiado catalán Gustavo Rebollo López, que había ofrecido una primera parte aceptable aunque con algún que otro lunar, decididamente se 'cargó' el partido cuando, en el minuto 58, decide mostrarle la segunda tarjeta a Antoñito por, según el acta arbitral "dejarse caer en el área de penal contraria simulando haber sido objeto de una falta por partte de un jugador adversario". Y a partir de ahí el disparate.

El amigo Gustavo López señalaría poco después una falta a Limones por exceder pos 6 segundos reglamentados de posesión. Riguroso o excesivo pero la pitó. Y a punto estuvo de costar al Cartagena un serio disgusto, que acabó perdiéndose en el límbo tras estrellarse en el poste.

En total siete tarjetas amarillas para los jugadores del Cartagena que derivaron en otras tres tarjetas rojas, amén de otros pequeños detalles que fueron enhervando el ánimo del seguidor más tranquilo. Y es que hacía mucho que no veíamos una bronca de este tipo en el Cartagonova producto de todo un desastre de arbitraje como el que nos obsequiaría este catalán de nombre Gustavo.

Un desastre de arbitraje
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