No confundir mala suerte con incompetencia. O buena con hacer sensata e inteligentemente una gestión.
CT que, en mi opinión, es una ciudad equivocada, sin suerte, mal gestionada, con poca inteligencia y menos valentía, no tiene mala suerte por los pregones encargados para Cartagineses y Romanos 2023 y Semana Santa 2024. Y no porque es, en mi opinión, una doble equivocación.
El primero, incomprensible y rechazado por muchos, elegidos dos personajitos futboleros que no pegaban aquí ni con cola. Y el segundo porque se garantiza la nula promoción de los desfiles fuera de las fronteras de la ciudad y un pregón es única y exclusivamente para promocionar. Y no habrá repercusión ni regional ni nacional, como en tantos otros años anteriores. Como casi siempre. Parece que no interesa que nos conozca nadie. Semana Santa intensamente local aunque le cuelga el título de Interés Turístico Internacional. Y así en tantas cosas. El último año que la tele pública regional se dignó ofrecer una procesión, la del Miércoles Santo, a toda España y al resto del mundo, amigos me llamaron asombrados por lo que habían visto y más asombrados porque tuviéramos algo tan excepcional y tan desconocido. Y así seguimos. Es como si nos reuniéramos para escuchar el pregón unos cuantos amigos, que conocemos las cofradías al dedillo, y nos dijeran que somos los mejores. Y olé.
¿Es mala suerte no tener tren a Madrid una ciudad que quiere y puede ser turística y que la Naturaleza le dio muchas cosas para serlo? ¿Y aguantar a una ministra, o lo que sea del PSOE –cómo están dejando a la mujer estas tipas- a reirse de nosotros en Cartagena para decirnos que todavía no había presupuesto ni había empezado el cambio de vías para el AVE?
¿Es mala suerte no aprovechar la leyenda o realidad de que el apóstol Santiago trajo la religión por Cartagena? ¿O el extraordinario caso de cuatro hermanos cartageneros que son santos?. Cualquier pueblo viviría de cine explotando estas dos realidades. O cualquiera de ellas. A elegir. Y nosotros ante una aterradora y supina incompetencia, generación tras generación, sin sacarle la mínima rentabilidad religiosa, cultural, histórica o turística. Parece mentira ser tan torpes.
¿Y ser la única catedral de España, la única, no restaurada?
Y etc,etc,etc.
¿Y el fútbol? ¿y el FC?. En primer lugar, me quedo asombrado por la cara que ponen mis paisanos cuando sueño para el FC la Primera División (en la que han estado todos los equipos equiparables a nuestra ciudad, incluso inferiores, menos nosotros…Toma). Pero puede, y con qué pena lo escribo, que cada uno de los habitantes de las ciudades triunfadoras valga por cuatro aficionados cartageneros al fútbol. ¡Que no! Pero puede que si otros 15.000 de los 250.000 que viven allí apoyaran al equipo, haciéndose socios, cantara otro gallo. Y otros cuantos, que vivimos fuera, como yo, sacaran y pagaran el carnet, individual o doble, exclusivamente para apoyar. Podemos ir al Cartagonova a un partido o a ninguno. (No es de recibo que a ver al Racing de Santander, no fueran ni todos los socios y no sé cuántos no socios asistieron).
Mala suerte puede ser perder 7 partidos en el estadio, cuando dos o tres dicen los medios informativos que debieron quedar en empate.
Mala suerte son los tiros al poste que nos persiguen y que nos podrían haber dado algún punto más.
Pero no es mala suerte que nos traguemos, y así, uno en el 92 en el Ferrol. Oh terror. No confundirlo con la incompetencia. Puede ser la mala suerte del perdedor o lo tan repetido que el fútbol es fútbol.
No es mala suerte ni tampoco incompetencia, ni se sabe qué, la desastrosa campaña en fichajes en pretemporada e inicio de temporada. Que expliquen lo incomprensible y suicida.
Puede ser mala suerte fichar un entrenador que parecí otra cosa, pero que…
No es mala suerte fichar a jugadores mediocres, desecho de tienta y cerrado se dice en los toros, o pasados de edad, que se fueron cuando rendían y ahora vuelven, quizá a llevárselo o quizá a hacer lo que puedan.
Es buena suerte tener la afición que tenemos, apoyando al equipo, aplaudiendo, tragando quina, incluso viajando con este FC cuando son desplazamientos asequibles. ¡Cómo ha cambiado la afición, comparada con aquélla que sólo sabía criticar y berrear y romper el carnet a las primeras de cambio!. Faltan muchos más pero a la mayoría de los que hay ¡chapó!.
No es mala suerte ni incompetencia, sino soberana torpeza, decir que vamos a descender ya cuando quedan 31 jornadas y 93 puntos todavía en juego y que vayan preparando un equipo para 3ª…. Pesimistas y gafes sobran. Difícil la remontada pero posible e incluso probable.
Y eso sí, los Belmonte, que hicieron cosas buenas, ahora están pegando un gran petardo petardo. Que empiecen torear como Juan Belmonte el trianero, genio de la tauromaquia con Joselito.
Y que la suerte de la suerte se vuelva buena.
