No hubo que lamentar ningún incidente entre los seguidores del Levante y la afición cartagenera a pesar del elevado número de levantinistas que viajaron hasta Cartagena. Los aficionados valencianos se quedaron por las inmediaciones de los bares de la calle Jiménez de la Espada y desde ahí, con la calle cerrada, la Policía Nacional los condujo escoltados hasta el estadio Cartagonova.
Una vez en el recinto cartageneristas estos se dirigieron hasta las localidades que se les tenía reservadas en el fondo norte bajo, el lugar habitualmente destinado a las aficiones visitantes.

Los granotas se dejaron oir desde que llegaron al estadio cartagenero hasta que lo abandonaron, jaleando especialmente los dos goles marcados por su equipo.
Aunque se habían detectado amenazas entre seguidores de ambos equipos a través de las redes sociales la Policía estuvo muy pendiente de esas ‘quedadas’ para abortar cualquier posible conflicto que, afortunadamente, no llegaron a producirse.
