24 de agosto de 2009, 2:00
Arturo Igorain ‘Sívori’ diríamos que está como siempre. Quizás hasta un poco más delgado que en su última etapa de blanquinegro. Esa impresión nos da. En cuanto a Chito sigue siendo el de siempre, extrovertido, feliz y alegre con lo que hace, mucho más tras ese golazo con la izquierda, marca de la casa, que lograba las otras noches ante el Cartagena.
Sívori sigue manteniendo su residencia en Cabo de Palos aunque en estos pasa primeros compases pasa mucho más tiempo en Águilas donde se le ve feliz. “Lo pasamos mal al final de temporada”, dice “pero ya ha pasado todo, ahora la gente nueva que ha entrado nos han dicho que es muy seria y que no habrá problemas, mucho mejor así”.
No sabe hasta cuando seguirá en el Águilas, prefiere el día a día aunque en el partido llegó a tener sus más y sus menos con algún que otro blanquinegro, solventado sin mayores problemas. Durante el partido llegó a tener dos ocasiones clarísimas de marcar con un disparo al poste y otro balón que remataba de cabeza casi a puerta vacía pero en fuera de juego. Se desquitó con el pase en corto que le dio a su compañero Chito para que éste hiciese el segundo tanto blanquiazul.
Chito, aún siendo un caso muy parecido, es distinto. Más dicharachero, está contento en el puesto donde està jugando, como lateral izquierdo y con el ‘3’ a la espalda. “El mister me ha colocado ahí y a mí no me disgusta, esa es la verdad”. Dice que está en su segunda juventud y que sus problemas de lesiones “ya están olvidados” dice mientras se mira y se da un toquecito en la pierna buena suya, que es la izquierda.
En la carretera hace todos los días unos 200 kilómetros fijos entre ida y vuelta Santa Ana-Águilas-Santa Ana, su residencia cartagenera. Por eso y porque su mujer está embarazada de siete meses tiene casi decidido mudarse a un piso de Águilas. “Entre la autopista y la gasolina se me va un pico, Ya no es sólo eso sino lo expuestos que estamos siempre a un accidente. Lo normal es que nos vengamos para acá en septiembre, estamos buscando un piso”.
Ambos, Sívori y Chito, cuentan con una legión de amigos en Cartagena, ciudad a la que quieren a pesar de que abandonaron el club de aquella manera. Ahora, los últimos años de sus carreras, quieren vivirlos en el Águilas de una manera distinta,
Sívori sigue manteniendo su residencia en Cabo de Palos aunque en estos pasa primeros compases pasa mucho más tiempo en Águilas donde se le ve feliz. “Lo pasamos mal al final de temporada”, dice “pero ya ha pasado todo, ahora la gente nueva que ha entrado nos han dicho que es muy seria y que no habrá problemas, mucho mejor así”.
No sabe hasta cuando seguirá en el Águilas, prefiere el día a día aunque en el partido llegó a tener sus más y sus menos con algún que otro blanquinegro, solventado sin mayores problemas. Durante el partido llegó a tener dos ocasiones clarísimas de marcar con un disparo al poste y otro balón que remataba de cabeza casi a puerta vacía pero en fuera de juego. Se desquitó con el pase en corto que le dio a su compañero Chito para que éste hiciese el segundo tanto blanquiazul.
Chito, aún siendo un caso muy parecido, es distinto. Más dicharachero, está contento en el puesto donde està jugando, como lateral izquierdo y con el ‘3’ a la espalda. “El mister me ha colocado ahí y a mí no me disgusta, esa es la verdad”. Dice que está en su segunda juventud y que sus problemas de lesiones “ya están olvidados” dice mientras se mira y se da un toquecito en la pierna buena suya, que es la izquierda.
En la carretera hace todos los días unos 200 kilómetros fijos entre ida y vuelta Santa Ana-Águilas-Santa Ana, su residencia cartagenera. Por eso y porque su mujer está embarazada de siete meses tiene casi decidido mudarse a un piso de Águilas. “Entre la autopista y la gasolina se me va un pico, Ya no es sólo eso sino lo expuestos que estamos siempre a un accidente. Lo normal es que nos vengamos para acá en septiembre, estamos buscando un piso”.
Ambos, Sívori y Chito, cuentan con una legión de amigos en Cartagena, ciudad a la que quieren a pesar de que abandonaron el club de aquella manera. Ahora, los últimos años de sus carreras, quieren vivirlos en el Águilas de una manera distinta,
