21 de abril de 2013, 19:54
Tiene mérito. Tiene mucho mérito que, cada semana o cada quince días, dependiendo dedónde juegue el Cartagena, unos cincuenta vecinos aproximadamente del pueblo valenciano de Enguera se suban en un autobús y viajen hasta Cartagena o hasta dónde le toque jugar a los cartageneristas, si Jorge Perona está entre ellos.
Ya han viajado a numerosos campos. Pero en el Cartagonova ya son como una peña más de Cartagena. Se les quiere y se les aplauden. Llevan viniendo desde que el Lucena visitaba el estadio cartagenerista allá por el mes de octubre. Hoy día su presencia ya resulta familiar, incluso más de uno ya ha hecho amistades entre la afición albinegra.
De este modo y antes del partido todos los que viajaron esta vez, perfectamente uniformados, homenajearon antes del encuentro a Jorge Perona. Le entregaron una placa y cariño, mucho cariño que Jorge, uno de los más ilustres vecinos de Enguera, supo corresponder. Lástima que, al final, se quedase con las ganas de deicarles una victoria que se escapó en los últimos instantes y de la forma que más duele. ¡Que pena Jorge, que pena...¡
