La historia de lucha entre la dársena del Puerto de Cabo de Palos y la Autoridad Portuaria acaba de escribir otro triste capítulo, el hundimiento de una embarcación de recreo en plena entrada en la misma entrada del puerto. El barco acabó hundido aunque no se sabe muy bien cómo pero se logró reflotarlos con la ayuda de quienes se encontraban por el lugar, convirtiendo su recuperación en toda una odisea, con el consiguiente riesgo para los que tomaron parte en el rescate.
Las causas obedecieron a la gran cantidad de boyas colocadas en lugares equivocados o de escasa visibilidad, con el añadido que no es el primer barco de estas características que naufraga, porque han sido varios los buques encallados en ese punto.
El problema viene de largo y aunque los propios vecinos pretenden balizar ese peligroso punto negro la solución no es sencilla porque nadie quiere dar su brazo a torcer, especialmente en la Autoridad Portuaria ya que están permitiendo que toda la basura que se amontonan en estas aguas están arruinando el lugar. Sencillo habría sido poner un cabo con boyas para evitar tantas historias para no dormir.
Eso sí, los vecinos se encuentras una y otra vez con la prohibición expresa de las autoridades, que siguen sentados de espalda a cualquier atisbo de encontrar una solución, al estar amenazados con elevadas sanciones
