Pocos clubes le deben tanto a un torneo como el Numancia a la Copa del Rey. Y eso que ni lo ganó, ni llegó a la final, ni a las semifinales. Pero la entidad rojilla realizó una proeza en la temporada 1995-96 que sobrepasó con amplitud los límites de lo deportivo y de la que se sigue alimentando tanto tiempo después.
Han pasado 16 temporadas y, desde entonces, lo más reseñable que ha hecho el Numancia fue clasificarse igualmente para cuartos de final en la campaña 2004-05, cuando fue eliminado de manera muy apurada por el Atlético de Madrid.
Hoy, a las 21.00 horas en el campo del Cartagena, el equipo soriano se enfrenta al dilema de siempre. Por un lado, y como reconocía ayer el técnico Pablo Machín, «lo que es hoy el club se debe a la Copa, así que le tenemos mucho cariño y respeto».
Pero por otro, y como también lo explicaba «para que un equipo de Segunda haga algo importante en la Copa tiene que pasar muchas eliminatorias, viajar, entrenar fuera, y eso al final siempre supone mucho desgaste, cuando lo verdaderamente importante es la Liga».
Todo el mundo lo sabe, así que nadie se va a extrañar cuando descubra que el CD Numancia va a jugar esta tarde con los ‘menos habituales’, los suplentes en la Liga.
