26 de marzo de 2012, 2:09
Este Murcia-Cartagena tendrá, muy probablemente, la intensidad y la emoción de tantos y tantos que se han jugado entre murcianistas y blanquinegros a lo largo de la historia pero llega en un mal momento para ambos conjuntos. Para los granas porque lo afrontan como el peor equipo en todo lo que llevamos de segunda vuelta y para los cartageneros porque lo hacen con la imperiosa necesidad de ganar para seguir vivos en la lucha por la permanencia.
La ilusión de muchos murcianistas sería la de una victoria contundente ante el eterno rival y queestos saliesen de Nueva Condomina enfilando el camino de Segunda B. Pero en el Cartagena ocurre justo al revés porque un triunfo en NC metería en serios problemas a su rival a la vez que podría suponer el despido fulminante de su entrenador, Iñaki Alonso, quien pasa por sus peores momentos desde que llegó al banquillo grana.
Lo cierto es que este derbi parece frio. Hay mucha angustia alrededor, demasiados intereses y unas ganas especiales desde la capital por ver al Cartagena en Segunda B, deseo que es compartido a nivel general empeando por algunos políticos de alto tronío y siguiendo por algunos periodustas que imparten desde su púlpito la doble moral.
Es evidente que el Murcia lo tiene mucho mejor, le bastaría con cuatro victorias para asegurarsase una permanencia que podría complicarse a poco que el Cartagena gane en Nueva Condomina.
Los albinegros lo tiene bastante más crudo pero en los derbis nada hay sujeto a nada y en Cartagena, aunque está frio el ambiente, son muchos los que anidan la esperanza de ser uno más de los muchos equipos que esta temporada han convertido Nueva Condomina en un 'chollo' para los equipos que la visitan.
La ilusión de muchos murcianistas sería la de una victoria contundente ante el eterno rival y queestos saliesen de Nueva Condomina enfilando el camino de Segunda B. Pero en el Cartagena ocurre justo al revés porque un triunfo en NC metería en serios problemas a su rival a la vez que podría suponer el despido fulminante de su entrenador, Iñaki Alonso, quien pasa por sus peores momentos desde que llegó al banquillo grana.
Lo cierto es que este derbi parece frio. Hay mucha angustia alrededor, demasiados intereses y unas ganas especiales desde la capital por ver al Cartagena en Segunda B, deseo que es compartido a nivel general empeando por algunos políticos de alto tronío y siguiendo por algunos periodustas que imparten desde su púlpito la doble moral.
Es evidente que el Murcia lo tiene mucho mejor, le bastaría con cuatro victorias para asegurarsase una permanencia que podría complicarse a poco que el Cartagena gane en Nueva Condomina.
Los albinegros lo tiene bastante más crudo pero en los derbis nada hay sujeto a nada y en Cartagena, aunque está frio el ambiente, son muchos los que anidan la esperanza de ser uno más de los muchos equipos que esta temporada han convertido Nueva Condomina en un 'chollo' para los equipos que la visitan.
