22 de diciembre de 2012, 13:52
JUANMA: Hizo su trabajo. Más que portero fue un defensa escoba, fuera del área. Evitó el 1-2 al repeler un remate de De Gomar (76'). Cometió una pifia garrafal (19’) con la pelota en los pies que no pasó del susto.
TONINO: No se adaptó al nuevo sistema. Entusiasmo sin tasa, pero escaso acierto.
RUEDA: El mejor por su contundencia y solidez. Dos tarjetas amarillas le dejaron fuera de concurso en el minuto 71. No jugará en Cáceres, tras las vacaciones.
HUGO ÁLVAREZ: No se complicó la existencia. Sin retenciones de balón. Cumplió.
NAVARRO: En el sistema defensivo tal vez fue el jugador que más acusó los nervios. Rodri tuvo excesivas facilidades en las aproximaciones.
CAÑADAS: Jugó 73 minutos y a balón parado fue el que más se prodigó. Le faltó puntería. De rebote la expulsión de Rueda, con la entrada de Marino al campo, le perjudicó al ser relevado por el capitán pinatarense.
MARCOS RODRíGUEZ. Peleó mucho pero no ganó la partida en el pulso con los centrocampistas universitarios. Dejó su puesto a Diego Segura en el minuto 70.
URZAIZ: Tiene la confianza del nuevo entrenador, pero se contagió del mal juego, como otros compañeros de equipo. No le faltaron ganas al de Caravaca.
OSCAR RICO: Escasa aportación. Parece que el juego directo no va con el ilicitano, que es técnico con el balón.
FLORIAN: Aportó un buen gol, el único de los cartageneristas. En lo demás, trabajo y escasas oportunidades para repetir el tanto. Estuvo bien controlado por la zaga del UCAM.
PERONA: Se le ve con afán pero no estuvo eficaz. A los 21 minutos pudo marcar el 2-0 pero el meta Fernando envió a córner.
RIAU: Tampoco fue revulsivo. Su partido duró 40 minutos al relevar a Óscar Rico.
DIEGO SEGURA: Sacrificado en el banquillo los primeros 70 minutos. Los restantes 20 apenas pudo entrar en juego, lo intentó con aperturas a las bandas, pero no fue solución.
MARIANO SÁNCHEZ: Por delante de la defensa en sus 17 minutos de actuación. Escaso ritmo y un error en el centro del campo a 6 minutos del final permitió a Titi disponer de una clara ocasión que no acabó en gol de milagro.
