30 de agosto de 2009, 2:00
El Cartagena ha vencido en el terreno de un adversario que normalmente será un enemigo directo en esa liga particular. El Girona fue sensiblemente inferior y pagó con la derrota en su patatal, con una grada en obras como telón de fondo. No supo aprovechar el regalo de Latre, el árbitro mañico que concedió un penalti que pudo desviar del éxito a los jugadores de JIM. Pero Gerard lanzó el injusto castigo a las nubes.
FALCON, DE REFRESCO, BIEN
Arriesgó más el Cartagena desde el comienzo, bordó un primer tiempo notable con vocación de sobresaliente, se adelantó en el marcador, luego pudo machacar y finalmente tuvo que sufrir, como está mandado. Así se saborea mejor el triunfo. El equipo de JIM contó con la rémora de algunas fisuras en momentos puntuales en defensa, desajustes que pudieron costar caro, pero un atinado Rubén conjuró el peligro con sus intervenciones. La segunda parte puso a prueba la capacidad de sufrimiento del cuadro de Juan Ignacio. Y Miguel Falcón, de refresco, aportó poderío, aplomo y fuerza.
Hubo un buen trabajo colectivo. También fue notable el quehacer de la 7 Región de Murcia, tantas veces denostada por no cuidar informativamente del FC Cartagena como desearían todos. Así es la Liga Adelante: fútbol televisado una semana sí y otra no.
Víctor pudo cabecear el 0-2 a meta vacía y su compañero Tato halló la madera como obstáculo en un cuerpo a cuerpo con el portero catalán. Circunstancias y lances de un juego que ha dado la alegría inicial para los albinegros. Un triunfo con una buena imagen. No se puede pedir más.
FALCON, DE REFRESCO, BIEN
Arriesgó más el Cartagena desde el comienzo, bordó un primer tiempo notable con vocación de sobresaliente, se adelantó en el marcador, luego pudo machacar y finalmente tuvo que sufrir, como está mandado. Así se saborea mejor el triunfo. El equipo de JIM contó con la rémora de algunas fisuras en momentos puntuales en defensa, desajustes que pudieron costar caro, pero un atinado Rubén conjuró el peligro con sus intervenciones. La segunda parte puso a prueba la capacidad de sufrimiento del cuadro de Juan Ignacio. Y Miguel Falcón, de refresco, aportó poderío, aplomo y fuerza.
Hubo un buen trabajo colectivo. También fue notable el quehacer de la 7 Región de Murcia, tantas veces denostada por no cuidar informativamente del FC Cartagena como desearían todos. Así es la Liga Adelante: fútbol televisado una semana sí y otra no.
Víctor pudo cabecear el 0-2 a meta vacía y su compañero Tato halló la madera como obstáculo en un cuerpo a cuerpo con el portero catalán. Circunstancias y lances de un juego que ha dado la alegría inicial para los albinegros. Un triunfo con una buena imagen. No se puede pedir más.
