domingo. 12.05.2024
GANAR SUPONE VOLVER A LA TRANQUILIDAD PERO UNA DERROTA ANTE EL TENERIFE HARÍA CUNDIR EL NERVIOSISMO

Momento de reacción

Una de las cosas buenas – o malas – que tiene el fútbol es que te ofrece revancha cada semana. Si una jornada lo has hecho mal, apenas tienes que esperar seis o siete días para revertir el mal sabor de boca producido. Esto se eleva a la máxima expresión...
Una de las cosas buenas – o malas – que tiene el fútbol es que te ofrece revancha cada semana. Si una jornada lo has hecho mal, apenas tienes que esperar seis o siete días para revertir el mal sabor de boca producido. Esto se eleva a la máxima expresión para el Cartagena, ya que, sin apenas tiempo para digerir la derrota en Córdoba, encara un nuevo partido en el Cartagonova. Una victoria ante el Tenerife tendría, por lo menos, cierto efecto cosmético, y maquillaría la mala imagen del pasado sábado.

Cabe la duda de saber si esa baza jugará a favor o en contra del equipo. Puede pasar que, espoleados y heridos en su orgullo por el partido en la ciudad cordobesa, veamos a un Efesé que salga en tromba, a morder, a competir. Precisamente eso es lo que se le achaca por parte de la afición, una afición que cada vez está siendo más crítica con el conjunto albinegro. O puede pasar justo lo contrario, que las incógnitas, los interrogantes se apoderen de los jugadores y los atenacen de tal manera que sea más perjudicial que beneficioso. Lo que parece meridianamente claro es que el Cartagena debe aprender a sufrir sobre el campo, ya que el equipo no podrá aspirar a nada dando un pasito para adelante y otro para detrás. El conjunto de Juan Ignacio está muy lejos de ser un dechado de regularidad y eso acaba lastrando a final de temporada.

Y es que el Cartagena (7º con 38 puntos) llega a este encuentro con dudas, muchas dudas. Dudas en defensa sobre todo, donde la pareja Cygan-Pablo Ruiz se vio desbordada ante la entusiasta presión de Charles y Oriol. Además, el francés no podrá estar por acumulación de amarillas. Su puesto lo ocupará presumiblemente un recuperado Juan Cala, que ha entrenado sin problemas este lunes y entra en la convocatoria de nuevo. Dudas también en el lateral izquierdo con la baja de Clavero, expulsado el pasado sábado. Cabe imaginar que, ante la falta de alternativas, Botelho ocupe esa posición, lo cual es un arma de doble filo: producirá peligro en ataque, pero habrá que estar atentos a su espalda en las numerosas subidas que se produzcan. Por la derecha, Txiki cubrirá el puesto de un lesionado Chus Herrero, quien no se ha ejercitado en la Ciudad Deportiva Gómez Meseguer.

En el centro del campo y ante la vuelta de Víctor, probablemente José Carlos – el único que aportó luz y color al juego gris del Cartagena el sábado pasado – hará pareja de pivotes con Mariano. Por delante, y dada la baja de Toni Moral (quinta amarilla), Juan Ignacio probablemente dé entrada a Rodri por la derecha y a Lafuente por la izquierda. Arriba, una de las mejores noticias y que la afición lleva esperando desde hace tiempo: Toché llega a tiempo. Ante un lento y falto de confianza Goiría, parece que el santomerano volverá al once como quien vuelve a casa por Navidad, es decir, aclamado y recibido con los brazos abiertos. El delantero probablemente sea la razón de mayor peso para creer en una victoria, y es que su sola presencia anima a los propios y atenaza a los extraños.

Por su parte, el Tenerife (17º con 27 puntos) encara el partido con el optimismo del enfermo que acaban de pasar a planta. La victoria en el Heliodoro ante el Xerez hizo que el equipo de Antonio Tapia saliera de puestos de descenso por primera vez en la temporada. Desde la llegada del entrenador cordobés al banquillo chicharrero, el equipo blanquiazul ha experimentado una notable mejoría. No en vano, ha sacado 11 de los últimos 18 puntos, habiendo perdido solo un encuentro de los últimos seis, el de la jornada 25 ante el Celta de Vigo, por 1-0 en Balaídos.

Así pues, dos equipos con dinámicas distintas se enfrentarán a partir de las 20 horas en el Cartagonova, donde pitará el extremeño Gil Manzano. No es que sea una final para el conjunto albinegro, pero una nueva derrota sí que provocaría cierto nerviosismo en el entorno y en la afición, y a estas alturas los nervios no son nada beneficiosos. Demasiado pronto para sufrir.

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