sábado. 18.05.2024

Todo comenzó cuando en marzo de 2015 los dirigentes del FC Cartagena SAD estaban obligados a convencer al administrador concursal de que eran capaces para generar recursos con los que abonar las deudas o el propio administrador concursal pedirá la disolución de la entidad albinegra, ya en manos de Paco Belmonte

En su momento el juez titular del juzgado de Lo Mercantil Número 1 de Murcia decía que la solicitud cumplía las condiciones y que, por tanto, declaraba en concurso al FC Cartagena «toda vez que ha sido acreditado su estado de insolvencia», según el auto del magistrado Francisco Cano. El juez aceptó la presentación de un plan para pagar a plazos los 3,6 millones de euros. Admitía el estado de «insolvencia» del club, que apenas podría beneficiarse de quitas.

DEUDA DE 3.150.000 €  CON HACIENDA HACE CUATRO AÑOS Y MEDIO

A 10 de febrero de 2014, la deuda del FC Cartagena con Hacienda era de 2.850.000 euros. Después, por recargos e intereses fue creciendo hasta los 3.150.000 euros, y con la Seguridad Social era de 29.694 euros, siempre según un completo informe de Iure Abogados que nos sirve de soporte para esta información al hilo con el comunicado del club a fecha de 27 de septiembre de 2018. 

El débito más importante eran los 113.000 euros que se adeudaban al Cartagena FC. También había deudas con varias empresas locales.

Con la aprobación del concurso y la intervención judicial del Club, lo que se conseguía era ganar tiempo, ya que el administrador tenía dos meses para auditar las cuentas, enviar las cartas a los acreedores y comprobar si la deuda de los acreedores coincidía con la del club. Realizado este proceso, se comenzó a negociar el convenio de rebaja de los créditos.

En el caso del FC Cartagena SAD había poco que negociar, ya que la mayor parte de la deuda (3,1 millones) era con Hacienda. Y, por ley, en los débitos con la Agencia Tributaria no hay derecho a quita o rebaja. Por tanto, esos más de 3 millones de euros (1,5 en deuda de IRPF, 1,1 en IVA y casi medio millón de euros más en recargos, intereses y sanciones del fisco) habrá que pagarlos tarde o temprano. Lo estimado positivo es que, por fin, se frenaba la sangría de recargos e intereses.

Al entrar en concurso, todos los embargos que pesaban sobre el club quedaban levantados y la parálisis financiera que la entidad sufrió en el último año dejaba paso a una etapa en la que cada céntimo que entre o salga del club será mirado con lupa y controlado por el administrador concursal.

En conclusión, la entidad albinegra está en el mejor camino, en el de la legalidad cumpliendo sus compromisos.

Paso a paso, cumpliendo con la Ley
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