17 de marzo de 2014, 18:30
Cuando saltó a la palestra que Fran de Paula sería el nuevo presidente ejecutivo del FC Cartagena alguno que otro se llevó las manos a la cabeza. Ocho meses después se ha visto que no. Que Fran de Paula (su nombre completo es Francisco de Paula Gutiérrez Linares) se marcha no sólo dejando un grato sabor entre los seguidores del Cartagena sino que sale con la sensación del deber cumplido.
Cuando Fran de Paula aterrizó en el club para sorpresa de casi todos acababan así todas las especulaciones surgidas a partir de lo sucedido en el último partido en el Cartagonova entre el FC Cartagena y el Caudal y, al final, de una manera más o menos meditada, Aquella tarde la afición expresó su dseseo a gritos con el famoso “¡Paco vete ya¡”. Era a principios de junio. Aquella historia motivo un vacío de poder y un mes repleto de incertidumbres con varios nombres sonando para quedarse el club, entre ellos el de Pedro Cordero, actual director deportivo del Córdoba CF.
Pero en el último momento Paco Gómez se lo pensó dos veces y Paco Gómez daba el visto bueno para que sea Fran De Paula la persona en la cima de un nuevo organigrama de la entidad albinegra. Las gestiones se llevaron en el más absoluto de los secretos y Fran acabaría sentándose en el sillón de presidente.
Fran ha sabido impregnar al Cartagena de su sello personal. Ha sido cercano al pueblo y a la afición, su estilo ha sido muy distinto a todos y caló hasta el punto de lograr 5.000 abonados en Segunda B. Lo nunca visto en Cartagena.
Fran de Paula ha sabido rodearse de colaboradores en este proyecto centrado en el estadio Cartagonova y el club ha tenido a un Presidente Ejecutivo dialogante y con una formación cultural a la altura. Domina idiomas y contactos con los principales centros del fútbol europeo. Es uno de los colaboradores básicos del empresario Mariano Sánchez, jugador albinegro, en el desarrollo de Pinatar Arena con todo el boom que representa. Ahora volverá a enfrascarse en su verdadero trabajo ya que en el Cartagena, todo lo que ha hecho, ha sido altruista. Sin cobrar un euro.
Han sido apenas ocho meses como presidente, cargo en el que ha demostrado tener madera. Su abuelo fue Víctor Linares, otro buen presidente en el entonces llamado CD Cartagena de 1970. Él ha sabido estar a la altura en los 253 días en los que ha sido la cabeza visible de un club que le deberá de estar eternamente agradecido
