Mientras la Federación Española sostiene la tesis de mantener el modelo de cuatro grupos con 20 equipos cada uno de ellos la Segunda B se devalúa por momentos conforme se acerca el día de su inicio, previsto para el último domingo del mes de agosto.
A los cinco ya descendidos (recordemos: Puertollano, Ceuta, Badajoz, Denia y Palencia) y con bastantes más aspirantes de Tercera que pugnan por alguna de esas vacantes hay otros cuatro clubes con serios problemas que este mismo viernes podrían seguir los mismos pasos de un descenso administrativo hasta Tercera División.
Sería un ‘palo’ demasiado fuerte para clubes del rango del Cádiz, Real Jaén o incluso el Orihuela, sin olvidar al modesto equipo salmantino del Guijuelo. Los tres primeros tienen horas solamente para buscar un aval para 200.000 euros necesarios mientras los castellanos ‘sólo’ tendrían que ser avalados de 125.000 euros.
El Cartagena asiste a este baile de despropósitos como invitado de piedra. La fiesta no va con él. Pero ya se sabe el refrán: cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar. Esto demuestra que la Segunda B camina hacia atrás y que los problemas económicos, lejos de solventarse cada vez son más los que existen.
Lo único que cabe es estar desde el principio entre las primeras posiciones y optar desde las primeras jornadas al primer puesto de la clasificación, el único que te asegura al menos el 50% de posibilidades de ascenso directo.
Hay muchos problemas en varios de los clubes que, por ahora, conforman el mapa de la SegundaB y algunos de ellos, como es el caso del Orihuela, ya se han posicionado con claridad diciendo que no van a pagar. El Orihuela es uno de ellos. Otros están a la espera casi contando lo que les falta para consumar su descenso. Y los hay quienes hacen las cuentas de la lechera cuando cuentan el dinero que aún tienen en el aire pero que no terminan de coger. Un desastre de categoría.
