lunes. 29.04.2024

CARLOS SÁNCHEZ (@charlidsg)

Andrés Lledó (Los Urrutias, Cartagena, 1979) todavía no es consciente de lo que ha conseguido. Ha sido uno de los cuatro españoles que, en este 2014, ha conseguido recorrer 1.000 kilómetros corriendo por cuatro desiertos diferentes (en Jordania, China, Chile y la Antártida) en autosuficiencia. Es decir, que tenía que llevar a sus espaldas una mochila con todo lo que necesitaba: ropa, comida, saco de dormir... Un reto que Lledó ya intentó en 2012, pero no lo pudo conseguir por la falta de apoyo económico. Pero lo siguió intentando y en este año ha marcado un hito en el deporte cartagenero.

- ¿Cómo se te ocurre acometer este reto?

- Cuando acabé mi segundo Marathon des Sables, un equipo de tres corredores nos propusimos hacer algo más grande. Nos sonaba esta prueba del 4 Desert, y a pesar de que mis compañeros no pudieron, yo seguí hacia adelnate y me lié la manta a la cabeza. En 2012 lo intenté casi sin apoyos y ya en este 2014 lo he hecho de manera más profesional gracias a la aparición de mi patrocinador JimboFresh.

- Tienes claro que durante la aventura de 2012 te falló el apoyo económico.

- Sí. Físicamente supongo que ahora tengo mucho más nivel, pero tenía las mismas ganas de hacerlo. Lo que falló fue eso, ya que no tenía soporte económico para pagar las inscripciones.

- A la hora de buscar patrocinador, ¿tuviste muchas dificultades?

- Todas, prácticamente. Fue peor que correr en el desierto. Es difícil encontrar los 22.000 euros que cuesta esta prueba y la situación no es la mejor. Tuve la suerte de encontrar patrocinador en 2013.

- Una prueba de este tipo, ¿cuanto tiempo de preparación conlleva?

- Mucho, pero no fue difícil, ya que desde 2008, que empecé en esta disciplina deportiva, no he dejado nunca de prepararme independientemente de si hacía pruebas o no. Sí es cierto que 2013 fue el año de preparación más exigente y las clasificaciones me han demostrado que este trabajo ha sido bueno.

- ¿Llevas la cuenta de los kilómetros recorridos en entrenamiento?

- El otro día comentaba con Chema Martínez en la Antártida el cálculo de todos los kilómetros entre pruebas y entrenamiento, y nos salió que íbamos a recorrer 182 maratones [182 multiplicado por los 42 kilómetros de una maratón son 7.644 kilómetros].

Lledó posando con la medalla que le acredita como 'finisher' del 4desert. Foto: CARLOS SÁNCHEZ

 

- ¿Dónde encuentras la motivación?

- Me resulta difícil contestar esta pregunta. Una persona de fuera ve la prueba compleja, pero yo no lo veo difícil y la motivación la debo de llevar innata. Yo quería acabar sobre todas las cosas.

- ¿Qué importancia tiene la preparación psicológica en esta prueba?

- Es fundamental, incluso un peldaño por encima de la preparación física. Los malos momentos llegan en todas las pruebas. Quizá en la Antártida esto tuvo mayor relevancia por las condiciones a las que nos enfrentamos y por tener que estar más de 11 días viajando en barco, en un recinto muy pequeño y cerrado.

- ¿Has necesitado preparación de un profesional en ese aspecto?

- No, aunque sé que hay gente que prepara a deportistas para ello. He estado yo solo con mi mente.

- ¿Cuál ha sido el momento más bonito?

- En Chile. Para mi fue como si el Grand Slam hubiese acabado en Chile. El final es espectacular, con todo el pueblo de San Pedro de Atacama animando. Ahí se me saltaron las lágrimas.

- ¿Y cuál ha sido el momento más duro?

- Hubo dos momentos clave. El primero fue en China, porque me fui lesionado, sin recuperar bien del esfuerzo de Jordania, y ya en el primer día noté muchas molestias y pensé que me tendría que retirar. Fue una lucha muy psicológica por seguir. Y el otro fue en Chile, porque tuve problemas de traslado en avión. Tuve problemas con los vuelos, pero gracias a JimboFresh pude llegar. No había esperanzas de volar y rompí a llorar en Barajas. Hubiera sido duro.

- ¿Y qué pensaste durante tus últimos metros?

- Fue muy raro. El último día de la prueba en la Antártida recorríamos un circuito circular y nos avisaron que encarábamos la última vuelta. Ahí pensé "mis últimos kilómetros"... Te pasan muchas cosas por la cabeza. No sabía si sacarme la bandera, dudaba. Fue muy raro. Al llegar no eres consciente de lo que has hecho y te llega un bajón. Me pregunté "tengo lo más grande, ¿ahora que hago?", y así me quedé. Por la noche te dan el premio y no sabes qué hacer. El momento más bonito fue al acabar Chile, y en la Antártida te llega un gran vacío al terminar.

- ¿Has necesitado varios días más para ser consciente de lo que has hecho?

- Incluso semanas. Esa sensación me ha llegado por la repercusión en los medios de comunicación, por mis familiares, amigos... Ellos son los que te hacen darte cuenta, porque cuando acabas no eres consciente.

- ¿Qué anécdotas te traes de la convivencia con otros corredores?

- Hay miles. Haces amigos de todas las nacionalidades, y te encuentras a corredores que saludas porque te has visto en anteriores desiertos. SIn embargo, la mayor convivencia es con los españoles. Empezamos siete y solo cuatro hemos podido acabar, pero éramos la alegría. Compartíamos experiencias y, sobre todo, con Chema Martínez, que para mi es el número uno como deportista y como persona. Unos deportistas como nosotros hemos asesorado a un campeón como él y le hemos dado de comer...

El momento en el que termina la prueba, en la Antártida.

- ¿Realmente se descansa en los campamentos?

- Es diferente. Si yo me fuera a entrenar ahora y me hiciera 30 kilómetros seguidos mañana me levantaría como si me hubiera atropellado un camión, pero allí no. Es tal la tensión que realmente no notas que vas cansado. Notas dolores en todo el cuerpo, pero no cansancio. En China tuve muchos dolores desde el primer momento. Por ejemplo, en la primera etapa hubo mucho kilometraje, con el máximo peso en la mochila, y ahí se 'cargaron' al 70% de los participantes con algún tipo de dolor. Ahí hubo que tirar de antiinflamatorios todos los días.

- ¿Y qué te propones ahora para el futuro?

- Cuando acabé pensé en dejar la competición, porque a mi ya me gusta correr en solitario bajo el solecito que hace en Cartagena, por ejemplo. Pero una vez que lo hablé con el patrocinador, nos marcaremos un reto para el 2015 donde pueda seguir conociendo parte del mundo y disfrutar de alguna prueba aquí.

- ¿Qué consejo le darías a una persona que empiece a correr ahora desde cero?

- Correr es muy bonito, pero hay que hacerlo con cabeza. Que no se obsesione en competir, porque la competición es muy dura y correr puede ser un deporte muy lesivo. Con cabeza, si se empieza con el Cross de la Artillería se puede acabar en el ultra trail de la Ruta de las Fortalezas.

- ¿Algún agradecimiento en especial?

- Quería agradecer a las empresas que me han apoyado, a JimboFresh que ya casi es parte de mi, y a los medios de comunicación. Vosotros me habéis dado el altavoz para que ahora, cuando voy por la calle Mayor, me conozca la gente y me dé ánimos.

Lledó: "He necesitado de varios días para ser consciente de lo que he logrado"
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