Nadie quiere oir hablar de ello. Pero es la realidad. La nueva decepción que supuso para la afición cartagenerista el hecho de no ganarle al Xerez fue tanto como dejar escapar una ocasión pintiparada para haber dadop un paso de gigante hacia la salvación. No fue así y todo sigue igual, en cuanto a puntos y a distancias pero con la particularidad de que ahora ya queda una jornada menos. Cuatro partidos -12 puntos- y la distancia que aún existe –a cinco de la salvación- empieza a parecer demasiado para salvarlo en tan poco tiempo.
Las gradas del estadio Cartagonova volvieron a presentar el ambiebte de las grandes ocasiones, aún recientes, cuando a finales de la campaña 200/9-2010, el conjunto blanquinegro luchaba por el ascenso a Primera División. La diferencia es que, ahora, se trataba de la permanencia en juego. No pudo ser ante el Xerez a pesar de haber disfrutado de numerosas oportunidades para haber marcado. Las caras de desolación en la inmensa mayoría de los seguidores cartageneristas al término del choque lo decían tod.
Los futbolistas han descansado este jueves para entrenar en viernes e iniciar de inmediato el antepenúltimo viaje de la temporada hasta Huesca, campo en dónde están obligados a ganar si no quieren situarse prácticamente a las puertas de la Segunda B.
La realidad es que los albinegros siguen dependiendo de sus propias posibilidades. Pero solamente si fueran capaces de ganar los cuatro partidos porque con 46 puntos seguro que no se desciende este año. Tal y como se están poniendo las cosas las posibilidades se reducen a pasos agigantados. Si, se puede, pero…
Resulta obvio que habrá que esperar al desenlace de Huesca para seguir hablando. Las matemáticas mandan siempre. Y hasta que el Cartagena no esté descendido no puede hablarse de otra cosa que no sea luchar hasta el final. Ciertamente, ante el Xerez se dejó escapar una oportunidad de oro y ya hasta el propio Carlos Ríos decía al final que ya no sacará nuevos números.
Lo que sí quedó demostrado es que la afición está con su equipo. Una entrada de un equipo que tiene riesgo inminente de descenso con más de 10.000 personas en las gradas, apoyando desde el minuto cero hasta el final tiene aún mucho que decir. En la Liga Adelante o en Segunda B. Pero el futuro no puede ser tan sombrío con esta afición tan espectacular que ha crecido en Cartagena y que ahora digiere como puede esta situación.
