22 de septiembre de 2009, 2:00
La historia de un Cartagena (el Fútbol Club de prefijo) y el del otro Cartagena (el del Fúrbol Club añadido, vaya un lío) es como para llevarse las manos a la cabeza, para reír o para llorar. O para escribir un novelón.
El autodenominado "Efesé de toda la vida", el que conduce José Gómez Meseguer, quien naturalmente tendrá que ser entrevistado en su momento por Canal +, se aferra a la historia y mantiene el escudo tradicional desde que bajó por los despachos y quedó como un símbolo, flotando en la categoría juvenil, participando en esa división y en regional hasta actuar en la actual Tercera División.
LO MORAL Y LO LEGAL
Sentimentalmente y también en el plano moral es el Cartagena legal, pero el que se lleva la capitanía popular y el que es seguido por la inmensa mayoría de los aficionados es el club del submarino en el escudo, el que utiliza el estadio municipal, el que se lleva la tajada del melón de las subvenciones y el que tambíén tiene que pagar los contratos.
El escudo del Cartagena de Paco Gómez es una copia del logotipo del Efesé con el añadido del sumergible amarillo. Es el sucesor del Cartagonova CF ideado por Florentino Manzano y un reducido o selecto grupo de amigos o de afines a su forma de pensar, uno de ellos el extinto Carlos Conesa Duelo.
Una vez que Florentino Manzano no pudo sostener la pesada carga de un club joven pero entrampado a partir de no poder lograr el ascenso ante el Córdoba en junio de 1999 por un cúmulo de desagracias o porque el fútbol es caprichoso, una vez fracasado y en manos de Luis Oliver (un bluf a lo grande, pero con las patas muy cortas como las mentiras de Pinocho) entró en escena Paco Gómez, el empresario de Jacarilla que no sin mucho trabajo y una fuerte inversión dineraria ha llevado al FFC a Segunda.
La originalidad de patentar la marca "Efesé" ha tenido unos efectos generalmente impopulares porque el pueblo llano entiende que los nombres, los motes los da el propio pueblo y a la voluntad del pueblo no se le pueden colocar puertas ni encadenarla. La exclusividad indica encorsetamiento, imposición; puede ser legal pero no cala profundo en la afición.
MIRANDO A LA UNION
Los piques entre los dos equipos, que han pasado de tener buenas relaciones a apenas no tener contacto, se han dado al desviar el Cartagena de Paco Gómez su idea de sentar las bases para cumplir con la normativa, ya en la Liga Profesional, de poner en marcha el entramado del fútbol base. Y entonces se fija la mirada en la ciudad de La Unión y en su cantera, y también en la cartagenera.
Así el Efesé de la marca patentada se queda con dos palmos de narices, esperando, esperando...
El FC Cartagena ya no utiliza las instalaciones de la Ciudad Deportiva Gómez Meseguer, que han sido mejoradas sensiblemente. Tiene que buscar otros campos. No hay demasiadas infraestructuras a su servicio. Se estrá aguardando el Plan General de Ordenación Urbana para poder conocer dónde demonios hay terreno para construir una Ciudad Deportiva.
Otro punto de discordia es la baja concedida a Leo en el FC Cartagena, después del ascenso a Segunda. El hijo de Pepe Gómez Meseguer ha sido un jugador entregado que ha dado más al fútbol cartagenero que ha recibido, pues en su juventud fue traspasado al Villarreal con el consiguiente beneficio económico para el Cartagonova. La reestructuración deportiva dejó fuera a Leo, como a tantos futbolistas después del 2-2 en Alcoy el 24 de mayo último. Justa o injusta esa decisión, fue tomada con criterio técnico.
Canal + prepara un trabajo que sin duda llamará la atención en España y en él seguramente quedará plasmado el entusiasmo con el que el concejal de Deportes de Cartagena ha llegado a un acuerdo con Gómez Meseguer para el uso por los ciudadanos de esas instalaciones privadas en el Polígono Cabezo Beaza.
UN POCO DE OXIGENO PARA EL CONCEJAL
Aislado futbolísticamente por el fracaso de su política de planificación y recibiendo por ello ríos de críticas ciudadanas (un Palacio de Deportes que se construye a paso de tortuga, una ciudad y una comarca todavía sin campos de césped artificial), el señor Gómez López esta vez ha sido habilidoso y se ha agarrado al clavo ardiendo de José Gómez Meseguer para tomar oxígeno y ofrecer al pueblo las dependencias del Polígono. Muchos lo ven como una emergencia. Una salida para tapar bocas críticas.
Pero, que se sepa, el edil no ha movido un dedo para alcanzar la amistosa conciliación de los dos clubes que visten de albinegro y que son de la ciudad.
El autodenominado "Efesé de toda la vida", el que conduce José Gómez Meseguer, quien naturalmente tendrá que ser entrevistado en su momento por Canal +, se aferra a la historia y mantiene el escudo tradicional desde que bajó por los despachos y quedó como un símbolo, flotando en la categoría juvenil, participando en esa división y en regional hasta actuar en la actual Tercera División.
LO MORAL Y LO LEGAL
Sentimentalmente y también en el plano moral es el Cartagena legal, pero el que se lleva la capitanía popular y el que es seguido por la inmensa mayoría de los aficionados es el club del submarino en el escudo, el que utiliza el estadio municipal, el que se lleva la tajada del melón de las subvenciones y el que tambíén tiene que pagar los contratos.
El escudo del Cartagena de Paco Gómez es una copia del logotipo del Efesé con el añadido del sumergible amarillo. Es el sucesor del Cartagonova CF ideado por Florentino Manzano y un reducido o selecto grupo de amigos o de afines a su forma de pensar, uno de ellos el extinto Carlos Conesa Duelo.
Una vez que Florentino Manzano no pudo sostener la pesada carga de un club joven pero entrampado a partir de no poder lograr el ascenso ante el Córdoba en junio de 1999 por un cúmulo de desagracias o porque el fútbol es caprichoso, una vez fracasado y en manos de Luis Oliver (un bluf a lo grande, pero con las patas muy cortas como las mentiras de Pinocho) entró en escena Paco Gómez, el empresario de Jacarilla que no sin mucho trabajo y una fuerte inversión dineraria ha llevado al FFC a Segunda.
La originalidad de patentar la marca "Efesé" ha tenido unos efectos generalmente impopulares porque el pueblo llano entiende que los nombres, los motes los da el propio pueblo y a la voluntad del pueblo no se le pueden colocar puertas ni encadenarla. La exclusividad indica encorsetamiento, imposición; puede ser legal pero no cala profundo en la afición.
MIRANDO A LA UNION
Los piques entre los dos equipos, que han pasado de tener buenas relaciones a apenas no tener contacto, se han dado al desviar el Cartagena de Paco Gómez su idea de sentar las bases para cumplir con la normativa, ya en la Liga Profesional, de poner en marcha el entramado del fútbol base. Y entonces se fija la mirada en la ciudad de La Unión y en su cantera, y también en la cartagenera.
Así el Efesé de la marca patentada se queda con dos palmos de narices, esperando, esperando...
El FC Cartagena ya no utiliza las instalaciones de la Ciudad Deportiva Gómez Meseguer, que han sido mejoradas sensiblemente. Tiene que buscar otros campos. No hay demasiadas infraestructuras a su servicio. Se estrá aguardando el Plan General de Ordenación Urbana para poder conocer dónde demonios hay terreno para construir una Ciudad Deportiva.
Otro punto de discordia es la baja concedida a Leo en el FC Cartagena, después del ascenso a Segunda. El hijo de Pepe Gómez Meseguer ha sido un jugador entregado que ha dado más al fútbol cartagenero que ha recibido, pues en su juventud fue traspasado al Villarreal con el consiguiente beneficio económico para el Cartagonova. La reestructuración deportiva dejó fuera a Leo, como a tantos futbolistas después del 2-2 en Alcoy el 24 de mayo último. Justa o injusta esa decisión, fue tomada con criterio técnico.
Canal + prepara un trabajo que sin duda llamará la atención en España y en él seguramente quedará plasmado el entusiasmo con el que el concejal de Deportes de Cartagena ha llegado a un acuerdo con Gómez Meseguer para el uso por los ciudadanos de esas instalaciones privadas en el Polígono Cabezo Beaza.
UN POCO DE OXIGENO PARA EL CONCEJAL
Aislado futbolísticamente por el fracaso de su política de planificación y recibiendo por ello ríos de críticas ciudadanas (un Palacio de Deportes que se construye a paso de tortuga, una ciudad y una comarca todavía sin campos de césped artificial), el señor Gómez López esta vez ha sido habilidoso y se ha agarrado al clavo ardiendo de José Gómez Meseguer para tomar oxígeno y ofrecer al pueblo las dependencias del Polígono. Muchos lo ven como una emergencia. Una salida para tapar bocas críticas.
Pero, que se sepa, el edil no ha movido un dedo para alcanzar la amistosa conciliación de los dos clubes que visten de albinegro y que son de la ciudad.
