REAl MURCIA: Alberto (1), Molinero (1) (Mario Marín (1), minuto 66), Iván Amaya (2), Jorge García (1), Óscar Sánchez (1); Iturra (1), Cerrajería (1) (Pedro (0), minuto 64), Isaac (0), Sutil (1); Emilio (2) (Miguel Albiol (1), minuto 74) y Cristian García (2).
CARTAGENA: Juanma (2), Manolo Gaspar (1) (Txiki (1), minuto 24), Chus Herrero (1), Abraham Paz (1), Manu Torres (1); Mariano Sánchez (2), Dimas (2), Collantes (1), Lafuente (1); Álvaro Antón (1) (Héctor Font (0), minuto 55) y Salva Chamorro (1) (Toni Moral (0), minuto 66).
GOLES: 1-0. Minuto 6: Emilio Sánchez. 1-1. Minuto 10: Manu Torres. 2-1. Minuto 74: Cristian García.
ARBITRO: Juan Martínez Munuera, del comité valenciano, residenciado en Benidorm. Tarjeta amarilla a los locales Emilio, Óscar Sánchez, Pedro, Miguel Albiol y Sutil y a los visitantes Mariano Sánchez, Manu Torres, Txiki y Abraham Paz y dos a Dimas, expulsado en el minuto 62 de juego.
INCIDENCIAS: Trigésima segunda jornada de la Liga en Segunda División en el estadio Nueva Condomina ante 13.092 espectadores, con unos seiscientos seguidores del Cartagena.
LA CRÓNICA
Por GUILLERMO JIMÉNEZ
El 75% de la pólvora del derbi se consumió en diez minutos, una vez que Emilio Sánchez y Manu Torres marcaron para sus equipos. El tanto del desempate lo hizo en el minuto 73 y fue un bonito gol cabecero del Russo García tras un saque de falta por Sutil. Otra vez la estrategia como aderezo clave para resolver de un lado y acabar siendo martillo para el perdedor. Un remate que valió por los tres puntos que necesitaban los dos equipos, más el Cartagena que afrontó este partido especial con fe y no puede decirse que hiciese el ridículo.
{sumario:El mismo marcador que en la ida, pero con menos suerte que el Murcia tuvo en noviembre:sumario}Se dio el mismo marcador que en la ida, pero fueron dos encuentros muy diferentes. Esta vez el visitante no tuvo ni el 25% de la suerte de la que disfrutó el Murcia en el Cartagonova. Pero es que ya no se trata del mal fario, que también, sino de la concatenación de factores adversos para que el equipo albinegro saliese derrotado en esta salida, en la que pudo obtener un punto, si es que la victoria puede parecer ganancia excesiva.
Un factor positivo este sábado último de marzo –pésimo mes para el cartagenerismo- fue el hecho de que el equipo de Carlos Ríos peleó hasta el final, hasta ese minuto 93 en que Toni Moral dentro del área tiró con la izquierdazo y le salió un disparo a las nubes.
En muchos momentos del partido llevó el control del juego el Cartagena, cuyo centrocampismo mejoró con un Mariano fajador y un Dimas en buena línea hasta que fue expulsado con cartulina amarilla en el minuto 62, con más de media hora por delante, en un partido en el que fue el Murcia el que repartió más cera. Sin embargo, la mayoría de tarjetas para los granas se acumularon al final, con el encuentro encauzado y casi resuelto al saber congelar el encuentro.
{sumario:El Murcia estuvo más espabilado en la ejecución de las faltas:sumario}Aun así los de Iñaki Alonso pudieron matar el lance en un par de oportunidades mollares, la más clara de Cristian García El Russo cuando dribló al meta Juanma y lanzó fuera la pelota. Se hartó de balón el argentino.
El Murcia, más espabilado en la ejecución de las faltas, jugó tal vez demasiado un fútbol directo y el Cartagena procuró con la pelota controlada llegar al área de Alberto. Los condomineros tuvieron tal vez sus mejores minutos en los arranques de cada fase y fueron inteligentes a partir de contar con ventaja al instalar el 2-1 en el marcador. Supieron definir con dos tantos y llevar el partido a su terreno, sin brillantez pero con eficacia, sin que los visitantes bajasen los brazos en ningún momento porque les iba mucho en la pelea.
Pero en la fase final del encuentro las circunstancias le cercenaron las posibilidades a ese patito feo que es el Cartagena y que estuvo respaldado por varios centenares de seguidores. Ellos presenciaron el esfuerzo infructuoso de un equipo al que nada le sale bien. En absoluto. Esa jornada feliz, afortunada, rebozada con suerte que tienen casi todos los equipos en una campaña por mucho que ésta sea mísera, la sigue esperando el conjunto albinegro. Demasiada presión para poder soportarla. Pero el mérito del perdedor del derbi es que en muchas fases del partido olvidaron los problemas derivados de la pésima clasificación y procuraron actuar con soltura y buscar un triunfo que hubiese sido muy celebrado.
La lesión muscular del lateral malagueño Gaspar obligó a que saliese Txiki a los 23 minutos y lo que perjudicó en especial fue la expulsión de Dimas Delgado, quien sufrió el error del colegiado en la primera tarjeta amarilla, y ya la segunda cartulina, merecida, privó a los cartageneristas de un peón en el centro del campo, pues en este lance tenía tendencia atacante el de Santa Coloma de Gramanet.
{sumario:La expulsión de Dimas con media hora por delante tuvo influencia:sumario}Los minutos finales, esos 4 minutos de añadido, los minutos de las máximas prisas para los que iban perdiendo, ofrecieron la imagen de un equipo acelerado, animoso, pero controlado por su rival e inofensivo. Y sin un ataque nominal con las máximas garantías sobre el papel, pues no estaba Braulio, lesionado; Chamorro había sido relevado y no fue utilizado Nicolás Raimondi en toda la tarde. Collantes, que estuvo griposo durante la semana, hizo lo que pudo y fue la referencia atacante con un Ander Lafuente que fue muy castigado por la dureza de los jugadores del Murcia. De otra parte Héctor Font tampoco solucionó demasiado.
Las perspectivas del Cartagena se encogen, como el calendario de la Liga, y en este caso lo peor no es perder el derbi, con lo que puede tener de lacerante, sino que la jornada además ha sido terrorífica para los intereses de los albinegros al salir airosos sus más directos adversarios. Todos los demás toman oxígeno y los cartageneristas inhalan la polución de estar ahí desde el principio. Puede ser una situación injusta pero la resistencia a alcanzar una victoria parece más una tarea exotérica que de un normal hacer en un terreno de juego, donde todo se confabula en contra.
Jugando mal, haciéndolo regular o actuando bien, todos los caminos conducen al fracaso. Una paradoja cuando todavía hay tiempo, no demasiado, y la decepción azuza.
